Más de 1.900 personas sin hogar están empadronadas en las entidades sociales de Zaragoza
El pone coto a las entidades sociales que ya no pueden empadronar a quienes están en situación de calle en sus centros

Personas migrantes sin hogar en el Parque Bruil de Zaragoza. / MIGUEL ANGEL GRACIA

Zaragoza se enfrenta a un problema social a gran escala, el sinhogarismo. Cada vez son más las personas que viven en la calle, con importantes focos como el de Parque Bruil o la Estación Intermodal de Delicias, donde cada noche duermen unas 60 personas. Las entidades suelen ser la puerta de entrada a los servicios sociales de estas personas en situación de calle. Además de ayudarles, ofrecerles alimento o formación, les acompañan en los procesos administrativos más sencillos como el empadronamiento, el primer paso para conseguir cualquier ayuda.
Según los datos facilitados por el ayuntamiento, en verano había alrededor de 1.900 personas empadronadas en las distintas oenegés de la capital. De ellas, a día hoy solo se conoce el paradero de unas 500. El resto, posiblemente, hayan cambiado de localidad, algunas fallecido. Según explican desde la concejalía de Participación Ciudadana y Régimen interior, este desfase desvirtúa el padrón e impide conocer la realidad social a la que se enfrentan los colectivos sociales y el propio consistorio, por lo que han decidido que las personas sin hogar solo puedan empadronarse en el albergue municipal, la Casa de las Culturas o en los centros municipales de los Servicios Sociales, prohibiendo a las entidades la posibilidad de censarlos sus locales.
Esta decisión no ha sentado nada bien entre las asociaciones que forman parte de la Coordinadora de entidades para personas sin hogar de Zaragoza que, consultadas por este diario, aseguran que las personas en situación de calle se encontrarán con los obstáculos habituales de la Administración, dilatando en el tiempo el empadronamiento. "El proceso es distinto. En una entidad lo hacemos mucho más rápido y para una persona sin hogar o migrante todos los días cuentan", explican desde una de las asociaciones, que recalca que el empadronamiento es vital para ellos porque es la única forma que tienen para solicitar cualquier ayuda económica, como las de urgente necesidad del ayuntamiento, tener acceso al centro de salud y hasta para hacerse el DNI. En el caso de las personas migrantes, añaden, el empadronamiento todavía es más esencial porque necesitan realizar este trámite para poder iniciar el proceso de regularización. "Un requisito esencial es llevar dos años residiendo en el país, por eso cada día cuenta", recalcan.
Desde la concejalía de Participación Ciudadana y Régimen interior aseguran que todas aquellas personas en situación de calle podrán empadronarse. Actualmente, hay 125 en el albergue, 37 en la Casa de las Culturas y alrededor de 370 en los centros municipales. La decisión se tomó antes del verano, cuando se realizó una revisión exhaustiva de los empadronados y comprobar que había 1.900 personas registradas en estas entidades. De este total, solo 500 respondieron al ayuntamiento que continúan residiendo en Zaragoza, por lo que se considera que el resto o bien se ha cambiado a otra ciudad o han fallecido. Subrayan que se trata de personas itinerantes, que se desplazan de municipio en municipio en busca de trabajo de temporada, por lo que quieren tener un mayor control limitando los lugares de empadronamiento.
Por ello, y también con la finalidad de poner freno a los pisos patera, desde el consistorio obligan ahora a que los empadronamientos, que pueden hacerse en ciertas dependencias municipales de Servicios Sociales, se realice exclusivamente en equipamientos o lugares gestionados por alguna Administración pública o bajo su coordinación y supervisión.
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