Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Miles de flores para la Virgen del Pilar: la historia de la Ofrenda de Flores

La Ofrenda de Flores se ha convertido en el acto más multitudinario y que con más pasión viven los ciudadanos en la plaza del Pilar

En la imagen, miembros de la Agrupación Artística Aragonesa bailan la jota durante la primera ofrenda oficializada

En la imagen, miembros de la Agrupación Artística Aragonesa bailan la jota durante la primera ofrenda oficializada

El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

‘El Noticiero’

Edición del 14 de octubre de 1958:

«Todo cuanto estaba previsto para el gran día del 12 de octubre de 1958 se desarrolló como estaba anunciado. La impresión zaragozana de este primer día de sus fiestas mayores es de que verdaderamente son fiestas populares a las que se suma todo el vecindario y la enormidad de visitantes que este año nos han invadido gratísimamente. Imposible transitar por las calles… Los autobuses aparcados en todas partes eran un testimonio de los miles de devotos de la Virgen del Pilar llegados de todas las regiones españolas. Tomar un tranvía o encontrar disponible un taxi, era algo imponderable. Forzosamente hemos de destacar la brillantez de la ofrenda de flores a la Virgen. Mas de dos mil personas, niños, mayores, vistiendo el traje regional, no solamente aragoneses, sino también de otras regiones, pasaron ordenadamente a entregar sus flores… Este acto, lo mismo que los celebrados en el interior del templo, fueron televisados en Madrid y tenemos noticias de los que poseen aparatos de televisión, que lloraron de emoción al ver en la pantalla la grandiosidad del día del Pilar en su querida Zaragoza ()».

Así describía El Noticiero la primera Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar organizada por el Ayuntamiento de Zaragoza. Ya han pasado 67 años desde entonces y se han acabado los adjetivos superlativos para describir el acto. De los primeros 2.000 oferentes que participaron en aquella ocasión se ha pasado a contarlos por cientos de miles, en concreto 410.000 personas en 2024, más de una cuarta parte de ellos oferentes. Si el primer año fue noticia que el acto duró «más de dos horas», en la actualidad la Ofrenda comienza al amanecer y termina casi a la media noche; más de 17 horas de desfile ininterrumpido en la última edición de 2024. De los 20.000 claveles que se ofrecieron entonces hasta la imposibilidad de contar las flores y canastillos que en la actualidad recibe la Virgen del Pilar. La Ofrenda de Flores se ha convertido en el acto más multitudinario y que con más pasión viven los ciudadanos en la plaza del Pilar.

Ese primer acto de 1958 tiene su origen en Valencia, ciudad que desde la década de los 40 tenía por costumbre realizar una ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados. Con la creación en 1954 de la Casa regional de Valencia, sus integrantes vestidos con sus trajes regionales acostumbraron cada 12 de octubre a llevarle unas flores a la Virgen del Pilar, tras ofrecérselas a la Virgen de los Desamparados en la iglesia de San Gil de Zaragoza. Se dio la feliz circunstancia de que el acto llamara la atención del concejal Manuel Rodeles, presidente entonces de la Comisión de Festejos del ayuntamiento, y teniendo conocimiento de la ofrenda en Valencia, la contemplara in situ y decidiera con el apoyo del alcalde Gómez Laguna realizar el mismo ritual en Zaragoza en honor a la Virgen del Pilar.

La venida de la Virgen

El lugar elegido para colocar la imagen de la Virgen del Pilar y cubrir su manto fue la fachada central de la basílica sobre el paño que años más tarde albergaría el altorrelieve de piedra caliza blanca de la Venida de la Virgen del Pilar realizada por el escultor Pablo Serrano en 1969, el mejor telón de fondo imaginable para la colocación de la Virgen y su pedestal. A los dos años, en 1960 ya se había interiorizado la Ofrenda como un acto tradicional por parte de ciudadanos, autoridades y medios de comunicación. La década de los 70, 80 y 90 multiplicaron exponencialmente el número de oferentes y de ramos depositados en la estructura de acogida en gradería de la fachada de la Basílica del Pilar, que se vio incapaz de recoger tanta flor. A todo ello se unía que solo había un punto de recogida por lo que se ralentizaba excesivamente la Ofrenda y los encargados municipales empezaron a detectar problemas logísticos y de seguridad.

La visión de Bigas Luna

En 1998, el cineasta Bigas Luna, gran conocedor de la fiesta y la ciudad, animó a cambiar la ubicación a otro ángulo de la plaza del Pilar. En una sobremesa informal en el Café Real, junto al entonces concejal César Falo y el técnico municipal Javier Ramírez, plantearon una disposición diferente de la Virgen del Pilar en la Ofrenda, el cineasta desde el punto de vista de imagen y estética, y los dos trabajadores municipales desde la perspectiva de logística y operatividad. El resultado fue muy satisfactorio: la Virgen se situó en el centro de la bandeja de la plaza, con lo que la Ofrenda ganó en espectacularidad y en superficie de manto, además de ampliar las zonas de recogida de ramos. En total, la superficie que se teje de flores tiene 55 metros de profundidad, 18 de anchura y más de 15 metros de alto. En las Fiestas del Pilar 2013 se instaló una escalera de subida y otra de bajada para que ciudadanos y visitantes puedan ascender por la parte trasera de la pirámide y alcanzar la zona situada junto al manto de la Virgen del Pilar.

La Ofrenda de Flores es uno de los actos más emotivos los zaragozanos. De hecho, tan solo se recuerda una vez que no se pudo organizar, en 2020, por la terrible pandemia del covid; pero el 12 de octubre de ese año el retablo de la Venida de la Virgen de Pablo Serrano amaneció con flores y ramos que de forma espontánea habían colocado los zaragozanos.

Tracking Pixel Contents