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La Sareb condena al desahucio a cinco familias en el Gancho: "Soy un buen pagador, ¿por qué nos hacen esto de repente?"

Un juzgado de Zaragoza ha señalado el lanzamiento el próximo 10 de noviembre

Desahucio en la calle José Zamoray

Jaime Galindo

Zaragoza

Son Babacar, Florin y Práxedes, tres vecinos de la calle José Zamoray, número 2... hasta el 10 de noviembre. Esa fecha, dentro de solo diez días, el Juzgado de Primera Instancia número 20 de Zaragoza va a ejecutar su desahucio, el de ellos y el de sus compañeros del 1ºA y del 2ºB. Por eso claman una solución y alzan la voz contra la Sareb, entidad que ha adquirido los cinco pisos que gestionaba Fincas del Pilar. "Llevo pagando siete años y ocho meses de alquiler al día, me han dicho que soy un buen pagador y un buen cliente. ¿Por qué nos hacen esto así de repente? Me siento muy mal, no dormimos, no descansamos...", cuenta Florin, un vecino que paga 325 euros de alquiler en el piso en el que reside, en el 2ºA, junto a su mujer. Desde el conocido como banco malo aseguran que el problema está en que no han podido contactar con el abogado de los afectados y que estos, hasta ahora, no han colaborado para facilitar información sobre su situación. Pero aseguran que cuando den con ellos estudiarán caso a caso la situación.

Sea como fuere, estos vecinos del Gancho viven con el susto metido en el cuerpo y ellos, aseguran, siempre han cumplido su parte. Hasta 350 euros paga Práxedes desde hace dos años y 400 euros paga Babacar desde hace tres años. Este senegalés de 49 años reside en el 1ºC junto a Mendy y Jibril. "Hemos estado pagando siempre hasta el último mes y nos mandan esta carta. No tengo nada, no tengo dónde ir. Mi amigo -señala a Mendy- está enfermo, yo tengo discapacidad, dos válvulas en el corazón, y estoy tomando sintrom. Esto es para sobrevivir", relata Babacar, quien admite que tiene "muchos problemas" en estos momentos. "Mi mujer acaba de dar a luz en mi país", asevera en declaraciones a este diario.

"Hemos estado muy bien"

En uno de los áticos, en el 5ºB, reside Práxedes, una mujer colombiana cuyo marido arribó a España bajo la protección de asilo. Ella no tiene papeles. "Nos llegó una carta del juzgado diciendo que el día 27 teníamos que desalojar, pero hicimos una protesta y nos dijeron que nos quedábamos hasta 10 de noviembre", expone esta mujer, quien ya ha decidido marchar de allí. Y es que el futuro, el de ella y el de sus vecinos, lo ve muy negro. Por eso está cargando con la ropa, los electrodomésticos y demás enseres de su casa para llevarlos al piso de un amigo. Sabe que va a echar de menos las clases de inglés y de español que compartía con otros vecinos del barrio, del Gancho, en su reducido piso. "A pesar de que el piso es un poco incómodo, hemos estado muy bien. Fue llegar a España y no hemos salido de aquí", se resigna.

Los moradores, Babacar, Florin, Práxedes y los vecinos del 1ºA y del 2ºB, ya se han puesto en manos del abogado Ignacio Serrano, quien va a interponer un recurso en el Juzgado para suspender el lanzamiento. Y sus esfuerzos se centran en contactar con la Sareb, aunque por el momento le está resultando imposible. El objetivo no es otro que demostrar que los inquilinos cumplen los requisitos para seguir viviendo allí, tal y como sucedió hace unos meses en el Oliver. No obstante, lo mismo aseguran desde esta entidad, que esta participada mayoritariamente por el Estado. El conocido como banco malo asegura que están intentando, sin éxito, contactar con las familias y que el objetivo es buscar una solución. Pero los afectados por los deshaucios dicen que ellos no se han movido, que están donde siempre han estado, en sus casas.

Por si acaso, los vecinos están planteando movilizaciones para dar a conocer la situación a la sociedad zaragozana. Por el momento están estudiando convocar "una manifestación" este domingo por la tarde. "Lucharemos por nosotros", revindica Florin. "Estamos en el mismo barco", le apoya otro inquilino del inmueble que nada tiene que ver con estos desahucios. Es la lucha que ha emprendido esta comunidad de vecinos, en cuyos balcones ya se pueden leer mensajes de apoyo para ganar la batalla. Esta misma semana, el día 27, ya consiguieron frenar el primer intento de desahucio. El tiempo corre.

Lo que dice la Sareb

Desde la Sareb aseguran que no existe voluntad de desahuciar a nadie pero aclaran que existen unos cauces que deben de seguir. Cuando la entidad recibe una vivienda que está habitada lo primero que se hace, explican fuentes del organismo, es acudir a ese piso para entrevistarse con sus moradores. Si estos cuentan con un contrato legal de alquiler, la Sareb los subroga y listo, todo sigue igual. Pero si los contratos no solo legales (lo que no implica que no sean válidos) es cuando el camino comienza a torcerse.

En ese caso, explica la Sareb, estudian el caso de los inquilinos para determinar si son vulnerables o no y poder ofrecerles, en caso positivo, un alquiler social ligado a su renta. Lo que ha ocurrido en el caso de Zamoray 2 es que los trabajadores de la entidad no han podido contactar con estas personas o que estas no han colaborado, algo que niegan los vecinos afectados, que aseguran que la primera noticia que han tenido sobre la Sareb ha sido la carta informando sobre la fecha del desahucio.

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