Bodegas Almau y Casa Buisán buscan sobrevivir al cierre parcial de El Tubo: "Hemos perdido un 80% de facturación"
Sus terrazas, que no sus locales, estarán cerrados un mes y la discoteca Kenbo también permanece clausurada

Los técnicos municipales revisan el edificio en ruinas en la calle Estébanes. / Jaime Galindo.
El impacto económico ya se nota en la caja de los negocios hosteleros que han tenido la suerte de poder abrir en la calle Estébanes de Zaragoza. “Con el tiempo que ha hecho, que estamos a primeros de mes y en pleno fin de semana, hemos perdido un 80 % de lo que habríamos facturado normalmente. No hay comparación posible”, confiesan resignados desde Casa Buisán, local abierto a medio gas junto con Bodegas Almau.
“Las terrazas están todas cerradas, pero El Plata está cerrado, la Terraza Libertad ya la habían cerrado, Kenbo está cerrado… Casa Buisán también está abierta, pero sin terraza”, explican desde Bodegas Almau, otro negocio que intenta resistir tras el desprendimiento.
Los negocios afectados por el riesgo de derrumbe de un edificio en la calle Estébanes se van a ver afectados durante al menos un mes. Negocios y calle van a permanecer cortados por el edificio del Tubo de Zaragoza declarado en ruina y que será finalmente demolido.

Jaime Galindo
La decisión tomada por los arquitectos municipales ha sido la de mantener la declaración de ruina inminente de un bloque que, pese a estar desalojado y vacío desde hace lustros, tiene relación directa con varios negocios de la zona, especialmente la terraza Libertad y la de El Plata.
En Casa Buisán, la situación es dura. “Este fin de semana hemos tenido que cancelar 25 mesas. Hemos tenido que dar fiesta a los trabajadores. Perdemos un 50% de la facturación seguro”, lamentan.
El cierre total ha afectado a locales emblemáticos, como El Plata o la discoteca Kenbo, que se vio obligada a cancelar las fiestas de Halloween programadas. Desde el ayuntamiento les aseguran que se está dando “la máxima prioridad” a las obras, conscientes del golpe económico que supone para una de las zonas más vivas del ocio zaragozano.
Falta de información
Mientras tanto, los hosteleros solo pueden esperar. Paciencia y esperanza son ahora sus únicas herramientas. “El daño ya está hecho. Solo queremos que pase rápido y que podamos volver a la normalidad cuanto antes”, resumen algunos de los afectados.
Desde los locales afectados hubieran preferido algo más de información por parte del ayuntamiento. La mañana de este lunes ha sido intensa, con visitas de los técnicos municipales y la toma de decisión al respecto.
Sin embargo, a los hosteleros les hubiera gustado algo más de información oficial. Alguno se enteró del edificio del Tubo de Zaragoza declarado en ruinas iba a ser demolido por los medios de comunicación. No podrán reabrir hasta dentro de un mes y cuentan con la promesa de que intentarán ser lo más rápidos posible: “No sabemos nada más que lo que hemos leído”, explicaba a media tarde del lunes uno de los afectados.
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