NUEVAS EXCAVACIONES

Hallados los restos de una sinagoga en el Pueblo Viejo de Belchite

Este campus de limpieza arqueológica se realizó en el mes de julio y al frente estaba el arqueólogo Alfonso Fanjul

Participantes en el campus de limpieza arqueológica desarrollado en el mes de julio.

Participantes en el campus de limpieza arqueológica desarrollado en el mes de julio. / SERVICIO ESPECIAL

La Crónica

Belchite

El Pueblo Viejo de Belchite habría alojado una sinagoga durante su etapa medieval. El campus de limpieza arqueológica que se ha desarrollado durante julio, y a cuyo frente se encuentra el arqueólogo madrileño Alfonso Fanjul, ha revelado nuevos y sólidos indicios que apuntan a la existencia de un lugar de culto para la población judía, fundamentalmente en lo relacionado con la estructura exterior del edificio, que guarda un gran parecido con la sinagoga de Híjar.

«Tanto su ubicación, como su distribución y medidas resultan determinantes para que podamos afirmar que en Belchite hubo una sinagoga: se emplaza en la zona más alta y central del barrio judío de San Lorenzo y está orientada al este-oeste, como suele ser la norma para este tipo de edificios. Además, la sala de oración es un espacio de 10x13 metros, que encaja plenamente con las medidas establecidas por la investigadora Flocel Sabaté para las sinagogas españolas bajomedievales», explica Fanjul.

El espacio está dividido en tres naves y el acceso se realiza a través de un callejón y no una calle principal, lo que se corresponde perfectamente con el prototipo de sinagoga del periodo. La puerta de entrada, con sus contrafuertes externos, la hacen prácticamente idéntica a la sinagoga de Híjar, según cuenta este experto, lo que permite reforzar esta teoría.

También la tradición oral de Belchite atestigua que en tiempos «allí se juntaban los judíos» y el testimonio de un vecino que nació en una casa frente al edificio estudiado corrobora que lo llamaban La Sinoa.

A todo ello hay que añadir, apunta Fanjul, «la presencia de un espacio de contención de líquidos en su parte trasera, como correspondería a un mikvé, reaprovechado tras los usos rituales como aljibe local, tal y como ocurre con la sinagoga de Lorca. Además, sospechamos que también sirvió como granero tras su venta al Condado de Híjar».

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