--Ha costado pero por fin se empiezan a terminar tramos de la ampliación de la Ronda Norte.

--Indudablemente ésta es una actuación muy importante y compleja. Es una obra absolutamente estratégica para el Ministerio de Fomento, y por ello no podíamos permitir que la situación económica actual le afectara de forma importante. Para esta actuación hemos presupuestado más de 107 millones de euros, a la que hay que unir otros 18 millones más para otras actuaciones en el entorno urbano de Zaragoza.

--¿Era, a su juicio, la obra más relevante de las que quedaban pendientes en Zaragoza?

--Por la inversión realizada desde luego lo es, así como también por la mejora de movilidad que supone para los usuarios.

--¿Le preocupa que le puedan achacar un interés electoralista por finalizar la obra en mayo?

--No se puede hacer electoralismo con la obra pública, pues las obras las empiezan unos, las continúan otros y a veces las terminan otros que no tienen nada que ver ni con los primeros ni los segundos. Las obras se acaban cuando se acaban, con arreglo a un plan de obras y a unas previsiones económicas, y este tramo estará finalizado en el momento en el que la empresa cumple con su plan de trabajo. Desde que se toma la decisión política de ejecutar una infraestructura hasta que los ciudadanos pueden disfrutarla pueden pasar varios años.

--Sin embargo, hay otras obras en Aragón que siguen paralizadas (en la A-23, A-22 y A-21). ¿Se reactivarán pronto?

Excepto algunos tramos que se han rescindido y que hay que volver a licitar, el resto de tramos han ido recuperando su actividad en los últimos meses. De hecho, hace poco tiempo tuve la oportunidad de visitar las obras de la A-23, y pude comprobar personalmente el importante avance de las obras de los cinco tramos que salvan el Monrepós, constatando que, tras su ralentización derivada de los ajustes económicos del mes de julio de 2010, actualmente se ha dado un gran impulso a los trabajos. Es impresionante ver la construcción de actuaciones como los túneles de Nueno y Monrepós, de 500 y 1.500 metros de longitud, respectivamente, el de Caldearenas, que tendrá casi tres kilómetros o el viaducto del río Guarga, de 350 metros de luz y 45 metros de altura sobre el cauce.

--¿Y en la autovía a Lérida?

--A finales de este año o principios del que viene podrá usted ir de Siétamo a Lérida por autovía. Como sabe el tramo Huesca-Siétamo, de poco más de 12 kilómetros, va más retrasado por las alegaciones de algunos de los ayuntamientos por los que discurre la autovía y se licitará cuando la situación económica lo permita. Si no, su ejecución hubiera ido al mismo ritmo que el resto de tramos. Además, quisiera recordar que el tramo de cuatro kilómetros de Lascellas --afectado en la obra por cuestiones geológicas--, se pondrá en servicio el mes que viene, lo que suprimirá las molestias que se han generado con el obligado desvío provisional.

--¿Y cuándo se licitará la concesión para los tramos aragoneses de la Pamplona-Jaca?

--Tenemos la intención de acudir a la colaboración público-privada e iniciar el proceso de licitación este año para los tramos que restan, por medio del Plan Extraordinario de Infraestructuras. Así, su finalización será más rápida que con cargo a los presupuestos ordinarios. Algunos tramos ya están acabados pero no se pueden poner en servicio por separado por razones técnicas. Estamos en un periodo muy difícil, necesario para contener y reducir el déficit y cumplir con el Plan de Ajuste, que ha afectado de manera importante a los presupuestos de 2010 y 2011. Lo hemos hecho afectando lo menos posible a las empresas y su repercusión en el empleo. Y muchas obras han seguido ejecutándose, parte de las mismas, sin ningún tipo de retraso. Hemos hecho un esfuerzo importantísimo para que las obras siguieran su curso y sufrieran los mínimos retrasos.

--Es ineludible preguntarle por la N-232 y la N-II e imagino que entiende las quejas de los usuarios y los pueblos afectados. ¿Cuál es la mejor solución?

--En primer lugar debemos tener en cuenta las restricciones presupuestarias con las que nos encontramos. Estamos en una situación económica complicada y cualquier medida que implique gastos extraordinarios no es fácil de encajar. De todos modos, es necesario recordar el esfuerzo que estamos realizando junto a la DGA para reducir los peajes aplicados entre Alfajarín y Fraga (AP-2) y Zaragoza y Gallur (AP-68), eximiendo de pagar a los vehículos ligeros, una medida que mejora la seguridad vial en la N-II y N-232 y para la que hemos dispuesto más de 3,2 millones anuales. Ahora el ministerio está trabajando en las diferentes alternativas y hablando con las concesionarias de las autopistas para llegar a un acuerdo sobre la reducción parcial del peaje para vehículos pesados, siempre en la medida que lo permitan las disponibilidades presupuestarias.

--¿Qué opinión le merece lo ocurrido con el aeropuerto Huesca-Pirineos?

--Tienen que entender que en el marco del transporte aéreo liberalizado son las propias compañías las que deciden sus rutas y frecuencias en función de sus estrategias comerciales. No le quepa duda que todas las que quieran operar tendrán nuestro apoyo. Además, hemos impulsado la creación de un comité de rutas para dotar de mayor eficiencia al aeropuerto.