--Un hombre les debe la vida, a ustedes y a la suerte.

--Así es, vino todo de cara. Había ido a la sede a enseñársela a un voluntario y a entregarle la ropa nueva a un compañero. Para la acreditación, uno tuvo que ir a hacerse las fotos, y a mí se me había olvidado la contraseña del ordenador, tuve que llamar a los compañeros para que me la dieran. Cuando llegó un chófer corriendo a avisarnos del infarto, aún estábamos allí. Si me llego a acordar, aunque hubiésemos ido, ya no habríamos estado allí. Fue todo una montaña de casualidades, también por parte de la estación.

--¿Cómo es eso?

--Sí, el que vigilaba el tráfico de la estación se dio cuenta de que había jaleo dentro del autobús, al quedarse cruzado, y mientras llamaba al 112 dio aviso a un chófer, que estaba allí también por casualidad, para que bajara a avisarnos, por si acaso estábamos allí. Fue una gran idea, y hoy (por ayer) le he felicitado por ello.

--¿Cómo recuerda el rescate?

--Nos avisó el chófer, como decía, y al llegar vimos al hombre en parada cardiorrespiratoria, al principio con alguna respiración agónica, pero luego sin pulso. Mi compañero Óscar (Marco) acercó la ambulancia con el desfibrilador y el resto del material, mientras yo le practicaba el RCP (reanimación cardiopulmonar). Fibriló dos veces, pero conseguimos estabilizarle antes de que llegase la ambulancia del 112 que habían avisado.

--¿Estaría vivo si no hubiesen estado ustedes?

--La ambulancia tardó entre 14 y 15 minutos en llegar, que son vitales. Con toda seguridad, hubiese estado muerto. Los estudios han demostrado que, con cuatro minutos de falta de oxígeno en el cerebro, las posibilidades de supervivencia se reducen drásticamente, y si el paciente logra vivir lo más probable es que le queden graves secuelas. En cualquier caso, le salvamos, y hoy me he llevado una gran alegría al enterarme de que estaba bien, relativamente.

--¿Por qué cree que no hay desfibrilador en la estación?

--No lo sé, yo he pedido muchas veces que lo pongan, y me han dicho que no es exigible por ley y que la formación es complicada. Pero no es así, con un curso de 12 horas, y quizá exagero, se puede manejar. Necesita prácticas regulares, eso sí. De hecho, llevamos tiempo reivindicando que enseñen reanimación en el colegio. Nunca vas a conseguir que todo el mundo la aprenda, pero si a alguien le pasa algo por la calle, habrá más posibilidades de que haya una persona cerca que sepa actuar. No te das cuenta de lo importante que es hasta que te pasa algo.