Pese a las protestas sindicales de los bomberos forestales aragoneses por la precariedad laboral, el Gobierno de Aragón presentó ayer su operativo antiincendios de este año sacando pecho del mantenimiento de efectivos, unos 1.250 en total, ante un verano que se prevé "normal" en cuanto al riesgo. El consejero de Medio Ambiente, Modesto Lobón, recordó que este nivel se alcanzó hace tres años, con el incendio de Castanesa, y se ha mantenido pese a que en las dos últimas anualidades los registros de superficie quemada son los menores de la serie de los últimos 15 años.

Lobón valoró la inversión de 21 millones de euros --el año pasado se hablaba de 13-- que la DGA sostiene para la lucha contra el fuego, e incidió en la estrategia basada por un lado en la prevención e información --porque dos tercios de los fuegos son por imprudencia-- y por otro en una táctica de "máxima potencia" al inicio, incluso aunque suponga una "superabundancia" de efectivos. "Es difícil saber en qué medida esto ha contribuido a reducir los incendios", apuntó el consejero, pero confió en que haya tenido incidencia.

PREVENCIÓN

El director general de Gestión Forestal del Gobierno, Roque Vicente, acompañó a Lobón y detalló las actuaciones implicadas en la prevención de un elemento fundamental, ya que como recordó "el 53% de Aragón es superficie forestal".

Vicente repasó las actividades preventivas en el monte, otro foco frecuente de queja de los retenes y de los vecinos. Recordó que este año se ha intervenido en 2.600 hectáreas, en 700 para la creación de nuevos cortafuegos, en 1.100 para la conservación de los ya existentes y en 800 para tratamientos agrícolas.

También enmarcó en este área el tratamiento forestal que ha permitido explotar 170.000 toneladas de madera en lo que va de año en los bosques de la comunidad.

Igualmente recordó las campañas informativas y formativas desarrolladas por un lado con las organizaciones agrarias, de cara a la quema de rastrojos, y por otro con los propios retenes, para su continua formación.

TECNOLOGÍA

Los efectivos antiincendios van contando con innovaciones tecnológicas, según detalló el consejero Lobón, que destacó sobre todo los geolocalizadores para que en todo momento se pueda ubicar a cada unidad. Del mismo modo, las unidades aéreas están dotadas con cámaras y conectadas por el sistema Einforex, que permite transmitir imágenes del incendio en tiempo real vitales para el centro de coordinación. También está operativa desde hace unos años la cámara de vigilancia de El Pobo, en Teruel, que cumple un amplio perímetro.

Lo que aún no está implementado, explicó Vicente, son los drones cuya incorporación se anunció en el 2011, hasta que no se aclare la normativa sobre estos aparatos no tripulados, indicó Roque Vicente.

Lobón incidió asimismo en la importancia de la coordinación, no solo entre los propios departamentos de la DGA --fundamentalmente Interior-- sino con otros organismos de la Administración, como el ministerio u otras comunidades. Puso como ejemplo la utilidad de que intervengan en Aragón las cuadrillas de provincias limítrofes, y viceversa, cuando la proximidad así lo aconseja.