Manolo Jiménez ha descubierto en Aragón Radio que le solicitó a Agapito Iglesias que contratara en el mercado de invierno a Diego Forlán. "Le pedí a Forlán, quien aun siendo veteraro (33 años), era un buen refuerzo porque te garantizaba 10 goles, los suficientes para salvarnos. Hemos hecho fichajes que no son malos dentro de nuestras posibilidades económicas, dentro de los jugadores que puedes traer y que se ajusta a la triste realidad actual Real Zaragoza".

El entrenador, en una amplia entrevista, nunca ha mostrado un talante de queja ni de pesimismo por el mal redimiento del equipo en el 2013, siempre ajustado a su habitual discurso realista. En un momento de la misma, ha salido de su boca el nombre del uruguayo, exjugador de Manchester United, Villarreal, Atlético de Madrid e Inter de Milan y actual integrante de la plantilla del Internacional de Portoalegre. Según algunas fuentes, el club brasileño desembolsó 2 millones de euros por su adquisición.

LA JUVENTUD ES ILUSIÓN

Jiménez, al margen de esa solicitud ya imposible de atender, ha manifestado que confía " plenamente en que la juventud del equipo y su inexperiencia se conviertan en ilusión". Y se ha puesto por delante para reconducir la situación. "Me erijo como guía de trabajo y en responsable en la toma de decisiones por respeto a la afición. Quiero que sepan que nos dejaremos la piel".

Sí ha enumerado las lesiones y las sanciones que han ido mermado el escaso potencial del Real Zaragoza, pero sin elevar sobre esas causas las razones de esta crisis. Lo que ha pedido es que todo el mundo tenga los pies en la tierra. "Lo del año pasado fue una heroicidad del equipo, el cuerpo técnico, la prensa y la afición. Ahora que por fin tenemos una plantilla, no podemos decir en noviembre que éramos unes fenómenos y en febrero que vamos descender. No conviene este extremismo", ha puntualizado el preparador andaluz para reclamar mesura.

El objetivo siempre ha sido el mismo, la permanencia. Jiménez nunca ha variado ese discurso ni ha señalado otra meta, pero desde el club sí hubo algún momento en el se apuntó bastante más alto, incluso a Europa. "Necesitamos un periodo para buscar un Zaragoza que pelee algo más que por salvarse, pero necesitamos dos o tres años. Estamos en formación y ahora no estamos preparados para esto que el final supone una presión añadida para el grupo".