La debacle de la segunda parte del Estadio de Gran Canaria marcó un antes y un después para el Zaragoza. La goleada, el tanto encajado contra ocho jugadores de Las Palmas y la sensación de debilidad defensiva remarcaron más que nunca el foco sobre la gravedad de la sangría atrás del equipo, que desde entonces, desde aquel humillante tanto de Roque Mesa en el 86, no ha vuelto a recibir ni una diana más, ni ante el Leganés, que solo tuvo dos ocasiones claras, que mandó fuera, ni contra el Recre, que ni tuvo.

El caso es que el Zaragoza, el equipo de las 33 dianas en contra, el que más recibe de los que están entre los 10 mejores, lleva 184 minutos, sin contar los descuentos, sin encajar, un buen dato por venir de donde se viene y una sensación de mejoría en seguridad defensiva que es palpable, se mire por donde se mire. Lo que ya no está tan claro es si ese progreso ha tenido más que ver con la pobreza de los enemigos, un Leganés que solo lleva 5 goles a domicilio en 12 partidos y un Recre que solo ha sumado un punto de los últimos 27.

Así, la prueba ante Osasuna es la del algodón para comprobar que la mejoría defensiva es real, que el equipo ha ajustado mecanismos. El equipo navarro tiene un buen ataque, con Nino, Roberto Torres, De las Cuevas, que será baja, Sisi, Onwu, Kenan Kodro, los iranís Ansarifard, Nekounam... Y en El Sadar es difícil de batir. Ha marcado 19 dianas en su feudo --también ha encajado muchas (16)--, que le convierten en el quinto más goleador como local y ha sellado 20 de 33 puntos, con 6 victorias, 2 empates y 3 derrotas en 11 citas.

Allí, en El Sadar, ya han ganado este curso el Alavés, el Racing y la Ponferradina y Osasuna está teniendo más dudas de las esperadas, si bien es cierto que acaba por remontar partidos que se le ponen en contra, así sucedió ante Mallorca (6-4), Tenerife (3-2), Betis (3-2) y Leganés (2-1). Mientras, Barça B (2-0) y Valladolid (2-1) completan su nómina de triunfos en Pamplona, donde empataron Girona y Sabadell.