Las duras protestas de los ganaderos franceses, que en los últimos días se han movilizado masivamente bloqueando el acceso a numerosos puntos de Normandía, han obligado al Gobierno francés a mover ficha para evitar que el conflicto se radicalizara y se extendiera a otras regiones. El sector vive desde hace años una profunda crisis y reclama, entre otras medidas, aumentar el precio de venta de la carne y de la leche para poder cubrir al menos los costes de producción. François Hollande anunció ayer un plan de urgencia que desbloqueará unos 600 millones de euros.