El Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) ha recibido durante los nueve primeros meses del año 2.952 llamadas al teléfono gratuito y confidencial 900 504 405, más de la mitad de las cuales eran de víctimas de violencia de género buscando ayuda. El registro supone un incremento del 25% respecto a las 2.362 del año pasado, lo que para la directora del IAM, Natalia Salvo, no supone tanto un auge de la violencia machista como una mayor valentía de las víctimas, que «dan el paso» de buscar ayuda, y cada vez conocen mejor los recursos a su alcance. Aún así, advirtió, queda mucha violencia sin denunciar.

Así lo expuso ayer Salvo durante la presentación del informe de la actividad del IAM de este año, como preámbulo del día internacional por la erradicación de la violencia sobre las mujeres, que se celebra mañana. El documento recoge también la estadística de denuncias del Consejo General del Poder Judicial, hasta el segundo trimestre en Aragón. Paradójicamente estas disminuyeron, de las 1.595 del 2015 a las 1.433 de este año. Para Salvo, esto refleja que, pese a la búsqueda de orientación, las víctimas siguen teniendo «miedo» a denunciar, e incertidumbre respecto a las consecuencias de ello.

DIFUSIÓN

La solución a más corto plazo, considera el IAM, pasa por la información a las afectadas sobre los recursos que tienen a su alcance, además de por mejorar estos, para solventar «una de las mayores desigualdades» que sufre la sociedad.

Por ejemplo, destacó, se han efectuado mejoras en la red de alojamientos de emergencia para las víctimas y sus hijos, unas instalaciones que hasta septiembre han alojado a 156 mujeres y a 19 menores. En este aspecto el presupuesto del Gobierno de Aragón se ha incrementado un 30%, a lo que se suma un 22% de crecimiento en medidas de protección, o un aumento de 160.000 a 280.000 euros en ayudas para las víctimas.

Paralelamente, el IAM continúa impulsando las reuniones periódicas de la comisión interinstitucional (con jueces, fuerzas de seguridad, servicios sociales, etc.) para mejorar la coordinación, uno de los ejes fundamentales para Salvo.

Al respecto, agradeció la predisposición de todas las instituciones implicadas. En este órgano se está debatiendo, por ejemplo, la necesidad de mejorar la protección de los puntos de encuentro, a raíz del último asesinato cometido en uno de la calle Conde Aranda de Zaragoza, en julio. Sobre el tema, Salvo insistió en que, a su parecer, un maltratador condenado «por sentencia firme» no debería tener régimen de visitas con sus hijos, porque no puede ofrecerles «ningún valor» con su ejemplo.

Entre las medidas más a largo plazo, para solucionar la desigualdad en la que se enraiza la violencia machista están las educativas. Para ello se han elaborado distintos programas con la Consejería de Educación, para ofrecer en los centros escolares y universitarios educación en igualdad. La cátedra de la Universidad de Zaragoza, por ejemplo, ha aumentado su presupuesto un 11%.

La formación temprana es necesaria porque, aunque no las tienen contabilizadas, Salvo alertó de «un aumento de llamadas de gente joven» al teléfono del IAM (que también recoge las del 016, igualmente gratuito e indetectable en la factura). Para la directora, se constata que los adolescentes «reproducen los roles machistas» de generaciones anteriores.

ESPECIALIDADES

El IAM está desarrollando con diversas instituciones programas específicos para abordar la violencia en mujeres discapacitadas o para el ámbito rural. Quieren ahondar el la «especialización» de los orientadores y asesores porque, como razonó Salvo, «no es lo mismo atender una agresión sexual que un maltrato o una ablación genital». El maltrato físico sigue siendo el principal motivo de consulta.