Afortunadamente la hierba está volviendo a florecer a tiempo en el Real Zaragoza, a pesar de que por sus tierras pasó Atila y toda su furia durante ocho años terribles que ya son pasado, pero cuyas secuelas serán actualidad durante mucho tiempo. Ayer, el fiscal Anticorrupción presentó una querella ante el juzgado decano de Valencia por un presunto delito de fraude deportivo ("amañar", dice en su documento) en el Levante-Real Zaragoza de finales de la temporada 2010-2011. Hay 42 implicados, entre futbolistas, directivos y la propia Sociedad Anónima Deportiva.

Por suerte Agapito Iglesias ya se fue, y ese día bien que se abrió el cielo para el principal club de Aragón, pero las consecuencias de sus incontables e incalificables actos perseguirán durante un largo tiempo al Real Zaragoza. Aquellas heridas profundas volverán a ser carne viva de tanto en tanto, como ahora con esta querella. Que el mejor profeta del futuro sea el pasado, pero para no volver a repetirlo nunca jamás.