Los pueblos de la ribera del Gállego afectados por la contaminación de lindano defienden unánimemente que sea el Gobierno de Aragón quien corra a cargo del coste de las obras de instalación de potabilizadoras y los filtros de carbono activo que se han hecho necesarios para que el agua llegue en condiciones sanitarias óptimas a los usuarios, según señaló ayer la Cadena Ser en Huesca.

Los municipios afectados consideran que la instalación de estos elementos deriva de los problemas generados en el vertedero de residuos industriales de Bailín, en Sabiñánigo, donde se sitúa uno de los focos de contaminación del pesticida, que se fabricó en la localidad del Alto Gállego hasta finales de los años 70 y dejó un reguero de problemas medioambientales de difícil solución.

Todo apunta, según la propia Administración autonómica, a que se produjeron fallos durante el traslado de los restos de lindano del viejo vertedero a un nuevo vaso situado en sus inmediaciones. Por este motivo los pueblos de la ribera del Gállego, entre Sabiñánigo y Villanueva, consideran que las inversiones necesarias para hacer frente al problema deben ser realizadas por el Gobierno aragonés.

REUNIÓN Este es el parecer de los alcaldes de Almudévar, Alcalá de Gurrea, Biscarrués, Piedratajada, Riglos y Santa Eulalia de Gállego, que mantuvieron ayer una reunión para abordar el problema.

Todos ellos son conscientes de que los filtros y las potabilizadoras son una solución temporal, dado que a largo plazo se planea construir toda una red de suministro de agua alternativa que tome sus recursos de acuíferos y cauces independientes del río Gállego.

Sin embargo, los municipios afectados han mostrado su desconfianza a este respecto, pues todavía no existen partidas de dinero concretas para acometer unas obras con un elevado coste y cierta complejidad técnica.

Por otro lado, según los últimos datos aportados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), los niveles de lindano continúan su tendencia descendente.

Así, el muestreo realizado el 4 de mayo en el embalse de La Peña indica la presencia de un valor de 0,008 microgramos por litro en cuanto a hexaclorociclohexano (HCH), muy por debajo del tope a partir del cual se prohíbe el consumo humano, que está situado en 0,10 microgramos por litro.

En el embalse de Ardisa, por otro lado, el valor registrado es muy similar, del orden de 0,007 microgramos por litro, también en lo que respecta a hexaclorociclohexano.