Los alcaldes del cambio aterrizaron ayer el Vaticano con un objetivo claro: solicitar en la Cumbre sobre Europa: los refugiados son nuestros hermanos y hermanas que el Estado central permita a las entidades locales y atonómicas gestionar de forma directa la acogida de refugiados. Este será el mensaje que defienda hoy el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, durante su intervención. Las jornadas, que comenzaron ayer y terminarán hoy, reúnen a más de 70 regidores de toda Europa, entre ellos Manuela Carmena (Madrid), Ada Colau (Barcelona) y Joan Ribó (Valencia). El Papa Francisco recibirá a todos los ponentes esta tarde.

El alcalde zaragozano defendió ayer tras un foro sobre exiliados la contribución que los municipios ofrecen a la construcción de «una ciudadanía mundial basada en la defensa de la libertad» y los Derechos Humanos. «Traigo a colación crear una ciudadanía mundial basada en la defensa de la libertad, la igualdad de derechos y la dignidad de las personas. Y se está construyendo desde las localidades europeas», destacó. Para Santisteve es una «satisfacción» que ciudades como Berlín, Nápoles, Valencia o Zaragoza «estén construyendo redes de solidaridad» para acoger a refugiados.

El regidor informó sobre el protocolo de acogida que se está elaborando en Zaragoza en colaboración con organizaciones humanitarias, y en paralelo al que está elaborando el Gobierno de Aragón. El alcalde defenderá públicamente su intención de solicitar al Gobierno central que las entidades locales y autonómicas gestionen directamente la acogida de personas refugiadas, amparándose en un artículo de la Ley de Racionalidad y Sostenibilidad de la Administración Local

PROYECTOS

Para la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la Unión Europea (UE) se enfrenta a una «encrucijada» entre acoger a los refugiados o a «nuevas formas de fascismo que amenazan la misma idea de Europa» y afirmó que está en juego «el proyecto de una UE como antídoto a los totalitarismos». Colau recordó que Europa nació para decir «nunca más al horror de la guerra, de la violencia y de la deshumanización» y opinó que es ahora cuando el continente «debe ser coherente con esos principios» porque «no puede permitirse» a partidos políticos como la xenófoba Liga Norte italiana o el ultraderechista Frente Nacional francés.

La alcaldesa de Barcelona criticó con dureza a los países miembros que, movidos por «su afán por blindarse, han renunciado a la obligación de la asistencia» y han sucumbido a la «fría insolidaridad y desprecio ante la vida, el sufrimiento y la muerte». Además, defendió que su ciudad quiere «ayudar a los Estados para que cumplan con sus compromisos de reubicación de refugiados».

Por su parte, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, abogó por «facilitar» el empadronamiento de inmigrantes e impedir la «muerte legal» de los exiliados. Igual que en Zaragoza, desde el Ayuntamiento de Madrid están desarrollando proyectos de apoyo e integración como las tarjetas de regularización y reconocimiento de los refugiados, una medida que ya se aplica en Nueva York. Sin embargo, advirtió que, cuando los ayuntamientos y entes locales tratan de regular la situación que viven los inmigrantes, tropiezan con «el escollo» de la regulación estatal.

A la cumbre también ha asistido el alcalde de Valencia, Joan Ribó, que se unió a la crítica de que su ciudad no hace más por los refugiados porque el Gobierno español no se lo permite. «No nos dejan. Planteamos llevar un barco directamente a Lesbos para traer refugiados a Valencia, teníamos todo preparado, pero por desgracia el Estado central, que es el que controla las fronteras, no nos ha ayudado», denunció.

Criticó que, mientras las ciudades estan «pensando de una manera solidaria», los Gobiernos «tienen unos planteamientos que no ayudan en absoluto». Ribó celebró que el Vaticano haya organizado este foro y cargó contra las autoridades europeas y su respuesta frente a la crisis porque, consideró, «está convirtiendo el mar Mediterráneo en un mar muerto por el número de personas que han fallecido como consecuencia de las restricciones que se han impuesto».