Una cría de oso de tan solo tres meses ha aparecido en el municipio aranés de Aubert (Lérida), después de haberse separado por causas que aún se desconocen de su madre.

Según explicó el responsable de Medio Natural del Conselh Generau d'Aran, Ivan Afonso, el osezno, una hembra de apenas tres kilos de peso, fue recogido por los agentes de medio ambiente del Aran tras ser avisados por un vecino del pueblo.

Por el momento se desconoce cómo ha llegado el osezno hasta la población, aunque se trabaja con las hipótesis de que se quedara rezagado siguiendo a su madre o que fuera un macho el que lo ahuyentara para que su madre entrara de nuevo en celo. Asimismo, según explicó Afonso, su madre también podría haber sufrido algún tipo de accidente, provocando que el osezno se quedara desamparado.

Desde su hallazgo en Aubèrt, los técnicos de medio natural han intentado ya en varias ocasiones retornar al animal a la naturaleza. "El problema es que es muy pequeño y no es autosuficiente por sí solo, por lo que si no recibe alimento, en 3 o 4 días solo en la montaña moriría", argumentó Afonso.

PROTOCOLO Por el momento, el protocolo de actuación consensuado entre varias administraciones (Conselh, Generalitat, Magrama, National de la chasse et la faune sauvatge de Francia o Gobierno de Aragón, entre otros) comenzó ya el día 17, cuando se dejó al osezno en el bosque, en la zona de la cual se sospecha que puede proceder, en una pequeña jaula que hubiera permitido a su madre recuperarlo a la vez que lo protegía de los depredadores. Sin embargo, tras un día y una noche, la madre no apareció, de manera que el día 19 se le trasladó a la parte superior del bosque, se le dio comida, se le colocó un transmisor y se le dejó en una cueva segura.

Solo dos días después, el pasado domingo, se volvió a localizar al osezno a pocos metros de donde había aparecido el primer día, en plena N-230, lo que obligó a cortar el tráfico para evitar que sufriera un accidente. Después de alimentarla nuevamente, ayer se le liberó de nuevo en el bosque con la esperanza de que pueda reencontrar y retomar el rastro de su madre.

Afonso explicó en este sentido que la situación de la osezna es "complicada", aunque si vuelve a bajar de la montaña "se seguirá insistiendo en su reintroducción, intentando alimentarla sin que ella note la presencia humana y haciéndole seguimiento con el transmisor", apuntó el responsable de Medio Natural del Conselh Generau d'Aran.

"Si no se la come un depredador o muere despeñada o ahogada en el río, calculamos que con este sistema podría aguantar hasta julio o agosto, y entonces ya se podría alimentar ella sola, aunque le quedaría el problema de saber encontrar un sitio para hibernar y aprender a defenderse, cosas que le tiene que enseñar su madre", añadió.

Los técnicos realizarán este esfuerzo con el objetivo de intentar evitar que acabe en un centro de cautividad. "Tendríamos que buscarle un lugar en el extranjero, porque en España actualmente hay una veintena de osos que no pueden ser colocados por el exceso de animales que hay en los centros", señaló Alfonso. Paralelamente, los profesionales han tomado muestras del osezno para realizar unos análisis genéticos que permitan conocer de quién es hijo y también están rastreando toda la zona para intentar encontrar a la madre.