«Hay que darlo a conocer; falta visibilización e información». Así de contundentes se mostraron ayer Sandra García y Raquel Zaera respecto al cáncer ginecológico. Ambas son hijas de mujeres que padecieron esta enfermedad y no quisieron faltar a la cita en Zaragoza del Globeathon 2017, un evento que se celebró de forma simultánea en más de 60 países con el fin de concienciar sobre esta afección.

Seis órganos del aparato reproductor femenino pueden presentar tumores malignos: ovario, trompa, útero, cérvix, vagina y vulva. De todos ellos, el cáncer de útero es el más frecuente, con 6.160 casos al año en España, seguido del de ovario (3.228) y del de cérvix (2.399). La mejora del abordaje de los tumores ginecológicos permitiría que el 90% de las afectadas tuviera una supervivencia de más de 5 años. «Ahora mismo no hay diagnóstico precoz. Cuando lo detectan, muchas veces ya se habla de un cáncer en fase III, muy avanzado. Lo importante es que cuando una mujer note algún síntoma o algo acuda al ginecólogo y pida pruebas para descartar cosas», argumentaron estas jóvenes.

En el caso de Sandra García, su madre falleció en el 2015 tras un cáncer de ovario que le fue detectado en 1987 y que, más de 25 años después, se le reprodujo en el 2013. «Fue muy duro. La primera vez yo era muy pequeña y no recuerdo nada, pero ya la segunda vez era consciente de todo y viví el proceso muy de cerca. Vivió dos años de quimioterapia y hubo mucho desgaste psicológico. Se le cayó el mundo encima con la recidiva, fue inesperado», recuerda García.

Camino por recorrer

«Con el tiempo se ha comprobado que si en 1987 a mi madre le hubieran aplicado las técnicas y los tratamientos o procesos de cirugía de ahora es muy probable que no hubiera tenido la recaída. Ha habido un cambio y una evolución, pero todavía queda mucho por hacer», añade la joven, que forma parte de la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario y Tumores Ginecológicos (Asaco).

Precisamente la presidenta de dicho colectivo es Charo Hierro, madre de Raquel Zaera. Esta joven también vivió la enfermedad desde la perspectiva de un familiar y muestra su «indignación más absoluta» en el momento del diagnóstico en el caso de su madre. «Tenía molestias, hinchazón, y le dijeron que eran gases. Le recetaron Aerored, pero no había mejora. No le palparon ni le hicieron ninguna prueba. Le derivaron a los especialistas para hacerle varias pruebas y, antes de que llegarán las citas, la tuvieron que operar de un cáncer de ovario en fase III», recuerda Zaera. «Que tengas un cáncer avanzado y te manden Aerored es indignante», insiste.

Era el 2010 y asegura que tuvieron «una suerte inmensa» en dar con un ginecólogo-oncólogo a la hora de hacer la cirugía. «No vale cualquier especialista. La operación y cómo se hace esta es fundamental para después afrontar la quimioterapia y las revisiones», señala.

Al acto de ayer, organizado por Asaco y por Amac-Gema (Asociación de Mujeres Aragonesas con Cáncer Genital y de Mama), asistieron varios médicos y representantes políticos como el consejero de Sanidad de la DGA, Sebastián Celaya, o la vicealcaldesa del Ayuntamiento de Zaragoza, Luisa Broto. Ambos ensalzaron las campañas de «sensibilización y concienciación» que realizan estos colectivos, tanto en Aragón como en España, y abogaron por «batallar juntos» en la prevención ante una enfermedad «tan cruel» como el cáncer.