El primer presidente de Aragón, Juan Antonio Bolea Foradada, cree que hoy día el aragonesismo del que él fue abanderado hace cuarenta años está "muy difuminado" y ha rogado al actual Ejecutivo y a los ciudadanos que sean "reivindicativos" como forma de que en Madrid a la comunidad "se le tenga en cuenta".

Bolea ha sido hoy el protagonista del solemne acto con el que se ha rendido homenaje a la primera Diputación General de Aragón, que se constituyó en la iglesia de San Pedro de los Francos de Calatayud (Zaragoza) el 9 de abril de 1978.

Un acto "muy emotivo", según ha reconocido después Bolea a los medios de comunicación.

Ha agradecido al actual Gobierno que haya tenido "la delicadeza" y "el amor a Aragón" de recordar esta fecha, que ha recalcado que es "histórica", porque después de Cataluña y País Vasco, Aragón, junto con Galicia y Valencia, fue el primer territorio en conseguir la autonomía, "mucho antes que el resto de las comunidades de España".

De aquel periodo le emociona especialmente recordar cómo se trabajó para "recuperar la personalidad" de Aragón y poner en marcha el Gobierno, pero también declarar la cuatribarrada como bandera.

Una enseña que hasta ese momento "era prácticamente clandestina" y que enarboló desde el balcón en Calatayud, un momento que le llenó de emoción por el tiempo anterior en el que "las barras de Aragón habían permanecido en el olvido".

"Recuperar esa personalidad es un motivo para que nosotros y nuestros hijos y nietos estemos contentos", ha enfatizado, al tiempo que ha echado de menos más presencia de esa bandera cuando en otras comunidades limítrofes "cada vez se ven más cuatribarradas".

Y es que Bolea cree que es necesario "darle un impulso" al aragonesismo, porque la "presión del pueblo" es la forma de que el Gobierno de Madrid tenga en cuenta a la comunidad, que adolece de poca fuerza política por el escaso número de diputados y senadores con los que cuenta.

Para Bolea, es evidente que Aragón ha mejorado en estos cuarenta años. Hoy es "otro", ha dicho, y todo gracias a la autonomía y a iniciativas que se pusieron entonces en marcha, como las reivindicaciones en torno al Canfranc o las carreteras, la reclamación de la vuelta de los bienes religiosos, la instalación de la General Motors o el impulso a los pantanos y a los regadíos.