En las épocas de la televisión en blanco y negro, y sin que la 1 de Prado del Rey, donde los mismos presentadores y vicios políticos siguen eternizándose, había un programa dedicado a las Fuerzas Armadas que se llamaba "Por tierra, mar y aire". Básicamente, un formato propagandístico para los ejércitos de Franco y, ahora, también, el último eslógan de Carme Chacón en su análisis del desafío independentista catalán, que hay que combatir, dijo ayer la líder socialista del PSC y exministra de Defensa, "por tierra, mar y aire".

En ese registro, pero todavía más belicoso y contundente, redundó el ministro de Exteriores, García--Margallo, ala dura del PP, cuando, sintiéndose un poco más libre, como autor, en la presentación de un libro suyo, habló de motín, de revolución, de insurrección y de la necesidad de sofocar la revuelta. No sé si por tierra, mar o aire, pero cuanto antes mejor.

Otro disparo verbal lo ha percutido el nuevo rostro de los populares en Cataluña, García Albiol, al soltarle a Carme Forcadell, presidenta del Parlament, que "si chula tú, para chulos nosotros".

A la vista de lo cual, del guirigay montado en el condado vecino, del ridículo de un Artur Mas que ni ha encabezado las últimas elecciones autonómicas (que acaban, al no interesarles ya, de dejar de ser plebiscitarias) ni le permiten gobernar, del desembarco institucional, con minoría de votos, de los radicales antiespañolistas y, sobre todo, del hartazgo al que la opinión mayoritaria del país ha llegado por las ínfulas de los fenicios de Convergència y los talibanes de la CUP, los tambores lejanos de la intervención se oyen un poco más cercanos.

Porque ya nadie en Madrid, ni siquiera el habitualmente pasmado Mariano Rajoy, descarta la toma de medidas sustanciales para reponer el orden constitucional en Cataluña, si, como parece, va a ser conculcado por una declaración unilateral y minoritaria de independencia.

¿Se suspenderá la autonomía del condado? ¿Se declarará ilegal a la secta política del archimillonario Jordi Pujol? ¿Se enviará al Ejército, por tierra, a patrullar la Rambla, tomará por mar la Armada el puerto de Barcelona y se vigilará por aire el espacio aéreo de la pretendida república?

Todo esto y más puede llegar a pasar si nadie acierta a poner un poco de orden y cordura en este tan monumental despropósito.