Se llama Bexero, tiene un precio de 106 euros la dosis y está trayendo desde hace dos años de cabeza a las farmacias españolas por su desabastecimiento. Este fármaco, que combate la meningitis B, solo se vende en las boticas y la vacuna no está incluida en el calendario oficial de ninguna comunidad —no está financiada por sanidad pública—, aunque los pediatras sí la recomiendan.

Ahí se genera el problema que está convirtiendo a la meningitis b en un fenómeno social que las instituciones implicadas no saben cómo deshacer. Las familias, alertadas y preocupadas en la prevención de sus bebés, se lanzan a las farmacias a solicitar la dosis precisada por el pediatra, pero la oferta es muy inferior a la demanda. «En Aragón, actualmente, tenemos listas de espera de entre cuatro y seis meses. En julio recibimos más dosis, pero ahora en agosto nos llegan con cuentagotas. Semanalmente podemos recibir una o dos vacunas», explica Andrés Garde, vicepresidentre del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza.

La dosis se puede administrar a los bebés a partir de los 2 meses de vida, en cuatro dosis progresivas, para prevenir la infección causada por el meningococo B, una enfermedad potencialmente grave, ya que su letalidad es del 5%. «Hay preocupación entre las familias. Los padres oyen que otros han vacunado a sus hijos y repiten esa acción. Somos el país de Europa que más dosis pone. Según las estadísticas, lo lógico en Aragón es que haya siete afectados por un millón de habitantes y de ellos uno podría morir. En el resto, las secuelas son importantes en un 20% o 30% de los casos», añadió Garde.

La vacuna empezó a escasear en España en el 2015, momento en que GlaxoSmithKline (GSK) adquirió a Novartis —creador de Bexero— su cartera de vacunas. El Ministerio de Sanidad y los responsables de vacunas de las comunidades siempre han defendido que la dosis no reúne las características que los gobiernos occidentales exigen para incorporar un fármaco al calendario.

Desde la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón insistieron en que «en el momento actual» no está justificada su entrada en el plan nacional. «La situación epidemiológica es de escasa incidencia de la enfermedad y no hay estudios suficientes sobre el grado de protección de la vacuna», añadieron.

Reacciones adversas / De hecho, desde Aragón se apuntó a «la alta proporción» de reacciones adversas locales y fiebre de más de 38 grados en lactantes, «vacunados especialmente cuando se administra de forma acompañada con otras dosis del calendario infantil», apuntaron.

Únicamente el Reino Unido tiene a Bexero en su calendario oficial de vacunas y, por razones geográficas, ha conseguido que GSK le venda la vacuna a un precio simbólico, muy bajo. En EUU (donde no hay dosis financiadas), se recomienda, al igual que en España, para niños afectados por alguna inmunodeficiencia.

La posición de las administraciones sanitarias españolas choca de lleno con la que expone la Sociedad Española de Pediatría, partidaria de que, si existe una vacuna contra el meningococo B, «por más limitada que esta sea», se administre a los niños. Esto ha marcado la opinión de una gran mayoría de pediatras que aconsejan, en sus consultas, a las familias hacer lo posible para conseguir Bexero. De ahí las demoras en las boticas.

«No es que sea una emergencia social, pero hay que ponerse en el lugar de los padres. Si los pediatras y su comité de expertos en vacunas dicen que la dosis es recomendable, por algo será. Nosotros la ofrecemos si la familia trae una receta de su pediatra. Si no tenemos disponibilidad, los dejamos en una lista de espera», añadió Garde. También muchos padres de Aragón han optado «y optan» por viajar a otras comunidades para poder conseguir la dosis.

Sobre la posición contraria de las Administraciones, el vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos comentó que «argumentan parte de su opinión en función de costes y efectividad. No sé qué datos manejarán, pero hay resultados de buena calidad y hablamos de una vacuna para tres años», señaló el farmacéutico aragonés. Garde señaló que, si la vacuna entrara en el calendario, «sería necesario» readaptar el vigente para ordenarlo.