Un ciudadano de nacionalidad rumana y 30 años de edad, identificado con las iniciales C. I., fue detenido la pasada madrugada por agentes del Cuerpo Nacional de Policía acusado de un delito de agresión sexual. La víctima, una prostituta, presentaba diversas contusiones compatibles con una pelea.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las tres de la madrugada, cuando el detenido al parecer contrató los servicios de una de las prostitutas que se reúnen frecuentemente en la plaza Roma de Zaragoza, y se la llevó a su domicilio, ubicado en las proximidades. Según fuentes policiales, el individuo iba ebrio, y una vez en la vivienda, al parecer una vez iniciado el coito, comenzó a agredir a la mujer, posiblemente intentado lograr favores sexuales que no habían pactado.

La prostituta logró zafarse del agresor y salió gritando de la casa, bajó a la calle y allí localizó a una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía, a la que le contó lo que acababa de ocurrir. Los agentes, al ver el mal estado de la joven y las señales de haber recibido al menos bofetadas recientemente, subieron a la vivienda.

Allí, detuvieron a C. I. acusado de un delito de agresión sexual. El joven, que carece de antecedentes penales, pasó la noche en los calabozos, así como el día de ayer, y está previsto que hoy pase a disposición del juzgado de guardia.

La víctima de la agresión, por su parte, fue trasladada a un centro médico para ser atendida por sus lesiones.

La misma noche, otra prostituta de la zona comunicó a la Policía una agresión similar, pero en este caso no quiso formalizar la denuncia, lo que impide que los agentes actúen en estos casos. Además, el interrogatorio de la joven hizo sospechar a los patrulleros que en esta ocasión la supuesta víctima se estaba inventando la historia.

JUICIO Por otro lado, la Fiscalía y la denunciante mantuvieron ayer en la Audiencia de Zaragoza sus peticiones de diez años de prisión para J. P. M. N., a quien imputan un delito de agresión sexual y otro de quebrantamiento de condena por, presuntamente, obligar a su exnovia a mantener relaciones sexuales con él en casa de ella cuando tenía prohibido acercarse a menos de 200 metros de la mujer por haberla agredido.

La defensa negó los cargos y pidió la absolución del acusado, de origen portugués.