La ampliación de Cerler por Castanesa debía suponer la creación de una nueva estación con 31 remontes y 84 kilómetros esquiables. Se duplicaba la capacidad del único centro invernal de la Ribagorza, ya que las instalaciones actuales de Cerler cuentan con 19 arrastres y 76 kilómetros esquiables. La mayor parte de esos nuevos equipamientos se debían hacer en el valle de Castanesa, al oeste del término municipal de Montanuy. Sin embargo, también estaba previsto actuar en otros cuatro sectores: Ardonés, Isábena, Aneto y Urmella. Esas cinco nuevas zonas y la estación actual estarían conectadas entre sí formando un gran dominio esquiable comparable con Formigal, Sierra Nevada o Baqueira.

La documentación aportada en su día al Ejecutivo autonómico incluía un estudio financiero que valoraba las inversiones necesarias para la puesta en marcha de la ampliación. Según esos cálculos, el coste total de las actuaciones asciende a 389 millones de euros. El coste anual de inversión y amortización era de 33,7 millones.