Las cuencas del Ebro y del Duero son las más afectadas por el déficit de lluvias en España durante los últimos años y, especialmente, después de la primavera más cálida en medio siglo, según datos del Ministerio de Agricultura. Esta situación ha desembocado en un comienzo de verano con los pantanos españoles a un 53,5% de su capacidad, y casi 20 puntos por debajo de la media del 2007. La reserva hidráulica ha disminuido 750 hectómetros cúbicos, de los que 203 pertenecen a embalses hidroeléctricos.