Delimitar jurídicamente el río creando llanuras inundables. Esta es una de las propuestas lanzadas por Ecología y Desarrollo (Ecodes) para controlar y minimizar los efectos de las avenidas. Para lograrlo, habría que llevar a cabo un pacto de cuenca entre las comunidades autónomas por las que discurre el Ebro y liderado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Para la organización es necesario acometer un deslinde del río que proteja tanto el cauce como las riberas. El profesor de Derecho Administrativo José Luis Bermejo explicó que esto iría ligado a la definición jurídica de las propiedades de los ribereños. Es decir, "sabiendo por dónde discurre el cauce, se podría conocer cuál es la responsabilidad que un particular tiene que asumir si se inunda su propiedad" permitiéndole recurrir a las compensaciones.

El biólogo y experto en restauración fluvial Tony Herrera apuntó la necesidad de crear llanuras inundables y devolver al río su cauce natural, como han hecho ya en varios países europeos. De esta manera, se paliarían los efectos de las riadas. Esta medida no conlleva eliminar áreas de cultivo, sino que se mantendrían pero llevarían implícita una regulación de las indemnizaciones a los agricultores.

"El Gobierno tendría que compensar a los propietarios de los terrenos en caso de que se inundaran", explicó Bermejo. Según Herrera, esta opción supondría un ahorro ya que la recuperación de las infraestructuras genera más costes.

CRECIMIENTO

El desarrollo urbanístico ha pecado de "marginar" el impacto medioambiental del río, aseguró el arquitecto urbanista Teófilo Martín. "Se ha producido una invasión de la ciudad en el Ebro", aseguró y "ahora hay que ver cómo se le puede devolver el espacio natural al río" con la eliminación de motas y devolviéndole espacio, lo que ahora se conoce como zonas inundables. Estas medidas conllevan una elevada inversión económica que podría ser financiada con fondos europeos.

El cauce se ha tenido en un segundo plano y las urbanizaciones "chocan con el espacio del cauce" por lo que urge "plantear una ordenación del territorio", afirmó. Desde Ecodes consideran necesario delimitar jurídicamente el río y apostar y reforzar el papel de la declaración ambiental. "Es un error sin paliativos" considerar como un obstáculo para la gestión del río las normas de impacto ambiental, últimamente muy cuestionados, apuntó Bermejo.

Conseguir minimizar los efectos de las avenidas es cosa de todos. "No tiene sentido buscar soluciones particulares, se necesita un pacto de cuenca conjunto", indicó el director ejecutivo de Ecodes, Víctor Viñuales, que acusó a las comunidades autónomas de "erosionar el pacto por colgarse las banderitas".