Un farmacéutico de Teruel acusado de maltratar a un perro de nombre Álex y de causarle graves quemaduras alegó ayer en el juicio celebrado contra él que recogió al animal de la calle con la intención de curarlo. Jorge Bueno, al que la Fiscalía acusa de un delito contra el bienestar de un animal doméstico, se enfrenta a una pena de un año de prisión, así como a una indemnización de 15.000 euros.

La misma condena pero con una indemnización mayor, 21.600 euros, es la petición inicial de la acusación particular en representación de la asociación Sociedad Protectora de Animales Amigo Mío. En cambio la defensa solicita su absolución por considerar que no existe delito.

El caso se inició el 18 de mayo de 2012, cuando una vecina del acusado pudo ver como éste golpeaba con un tubo de PVC forrado a un perro en el balcón de su cocina. La testigo afirmó que "le estaba dando en la cabeza al perro", y vió "la cabeza ensangrentada del animal".

Otra vecina llamó a la Policía Local, que acudió y comprobó que había un perro en mal estado. Los agentes acudieron a buscar al dueño del piso a la farmacia y el acusado les dijo primero que no tenía perro y después afirmó que era suyo.

El acusado narró que encontró al perro hacia las ocho de la tarde del 10 de mayo de 2012 junto a la Fuente Torán, al final del viaducto. El animal estaba débil y lo recogió. Lo llevó en brazos hasta su casa y le dio jamón de york y agua.

Bueno dijo que lo encerró en una habitación que siempre tiene bajo llave porque al día siguiente iba ir una mujer a limpiar a casa y no quería que le dijese nada por tener un animal. Continuó con su relato explicando que el día 18 intentó bañarlo con un jabón antiséptico y que al contacto con el agua se le abrieron las heridas, que sangraron al sacudirse, motivo por el que había gotas de sangre por toda la casa y el balcón. Además dijo que el tubo de PVC era una guía para un planta y afirmó que no lo maltrató.

Una integrante de Amigo Mío manifestó que las quemaduras del animal eran de tercer grado y ocupaban el 50% de la piel del animal, valoración que fue negada por la veterinaria María Victoria Martínez.