Adolfo C. S. G., vendedor de prótesis auditivas, negó ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza que engañara a ancianos vendiéndoles sonotones defectuosos y haciéndoles firmar créditos rápidos para financiarlos. "En todo momento les expliqué qué era lo que firmaban", aseguró, defendiendo que, aunque la especialidad "no es una ciencia infalible", sus sistemas importados de Alemania o Dinamarca eran de alta tecnología.

Fiscalía, sin embargo, mantuvo que el hombre debe cumplir una pena de tres años y medio de prisión e indemnizar a seis de las víctimas con un total de 35.288 euros, al no creer sus argumentos.

El vendedor aseguró que si en ocasiones no atendía las llamadas de los compradores es porque ha estado "de baja", sometido a varias operaciones quirúrgicas, mucho tiempo. Y reconoció que en algunos casos sí tiene deudas con ellos, pero que por el mismo motivo no ha podido trabajar para abonarlas. "Mi intención es devolverlo", aseguró.

Testificaron seis víctimas, dos representadas como acusación particular por Lorena Ruano y Jorge Solanas. Con variantes, todas refrendaron que se sentían estafadas porque sus aparatos no funcionaban bien o porque no sabían lo que firmaban.