La medicina aragonesa está de enhorabuena. El Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza practica con éxito desde el mes de abril implantes de válvula aórtica --la salida del ventrículo izquierdo del corazón-- , sin necesidad de abrir al paciente. El servicio de Hemodinámica del centro, el único que en la comunidad recurre a esta técnica, realizó el pasado viernes el tercer implante de estas características. El beneficiario es un enfermo de 80 años de edad, que, como los otros dos tratados con anterioridad, de 82 y 89 años, evolucionan positivamente.

Se trata de una intervención que en el mundo se lleva a cabo desde hace solo una década. Se aplica a personas que padecen estrechamiento (estenosis) grave de la válvula aórtica y a las que, por su avanzada edad o por problemas de otra índole, no se les puede operar a corazón abierto, dados los riesgos que ello comporta. Como explica María Cruz Ferrer, de la unidad adscrita al servicio de Cardiología del Miguel Servet, consiste en "un recambio de la válvula aórtica nativa por una válvula biológica". El implante se realiza a través de una punción, generalmente en la arteria femoral del paciente anestesiado, similar a un cateterismo y mediante el uso de estents. "Al enfermo se le pone una válvula dentro de la válvula", aclara Ferrer, que añade que "se abre la nativa con un balón y seguidamente se implanta la prótesis que va cosida a un estent metálico. Este se expande y la nueva válvula comienza a funcionar".

SOLO DOS DÍAS EN LA UCI Los pacientes intervenidos mediante esta técnica en el Miguel Servet "han estado una media de dos días en la UCI y luego unos ocho ingresados en planta", cuenta esta cardióloga integrante del amplio equipo que participa en la operación. No en vano, detalla María Cruz Ferrer, "hay que determinar desde si caben los catéteres o sus capacidades cognitivas, hasta si después el paciente va a tener una supervivencia estimada aceptable, pues en caso contrario no se realiza".

Son susceptibles de someterse a ella los pacientes que, padeciendo un estrechamiento de su válvula aórtica, sufren una angina de pecho, un infarto o disnea. Si no se opera, su mortalidad ronda el 50 o el 60%.