«Xin nian kuai le». Algo similar pueden utilizar hoy para saludar a los chinos que conozcan, ya que celebran su año nuevo. Concretamente el 4.715, año del Gallo de Fuego. Los casi 5.500 chinos censados en Aragón deberán vestir al menos la ropa interior roja, no limpiar hasta mañana o no pedir un préstamo, si quieren cumplir sus curiosas (desde occidente) tradiciones asociadas a estas fechas.

No hay constancia de que se vayan a celebrar grandes eventos asociados al año nuevo en Aragón, probablemente al no haber grandes colonias de chinos en ninguna ciudad, como sucede en Madrid, donde sí habrá desfile hoy, por el barrio de Usera, entre otros eventos gastronómicos.

En Zaragoza se anticipó la celebración, eso sí, el pasado miércoles, 18 de enero, con un concierto del innovador de la música china Ma Jiuye en la sala Luis Galve del Auditorio de Zaragoza. Fue coorganizado por el Ayuntamiento de Zaragoza, cuya apuesta por el turismo chino ya ha tenido sus frutos con el incremento de un 10% de turistas el último año.

Estos visitantes ocasionales y los residentes en la comunidad comenzarán hoy un mes de celebraciones que, en su país natal, llegan a casi paralizar la actividad económica por la importancia del festival de primavera. Así lo explica la asociación Ming Ta, que facilita el comercio entre Aragón (y España) y el gigante asiático. Advierte en su página web de la sorpresa que causa entre algunos empresarios poco habituados a los negocios en China el hecho de que el comercio prácticamente se paralice durante esta quincena.

Aquí no será para tanto, entre otras cosas porque los chinos destacan por adaptarse a las costumbres de donde viven. Hasta el punto de buscarse un nombre en castellano para ser conocidos en España. Pero a buen seguro los residentes aquí prepararán sus sobres rojos con dinero para los niños y los platos típicos para estas fechas. Este año del calendario lunar chino se asocia además al color rojo, el de la buena suerte para su cultura.

En China, las celebraciones del año nuevo terminan con la iluminación de cientos de farolillos de bambú y papel que, por tradición, los niños llevan encendidos a los templos para atraer a la buena suerte. Por supuesto, rojos.

Una tradición más fácil de replicar es la colocación de carteles con mensajes de buenos deseos para el año. Así que si ven pancartas nuevas en los comercios chinos que frecuenten, recuerden: «Xin nian kuai le».