La Fiscalía pide dos años de prisión para tres traficantes de droga de la zona de Conde Aranda, en Zaragoza, que según la investigación policial utilizaban mandos a distancia vaciados de las pilas como escondite para pasar las sustancias.

Dos de ellos, el matrimonio formado por Moisés B. L. y Miriam B. M., aceptaron la condena tras un pacto alcanzado por su letrado, el penalista Javier Notivoli, ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza. La condena del hombre se verá reducida por su condición de toxicómano, además de la rebaja general por la escasa cantidad de droga aprehendida.

Los GOES de la Policía, que irrumpieron en sus vivienda, encontraron restos de cocaína en la entrada del baño y en la cisterna, que oyeron cómo el hombre accionaba. También había recortes de plástico en el WC. Todo indica que acababa de tirar la droga por el retrete, pero no se sabe qué cantidad.

En cuanto al tercer acusado, Abraham B. H., la Policía certificó que algunos toxicómanos pasaban por su casa tras llamar a su telefonillo. Pero según explicó el hombre, a preguntas de su abogado, Carlos Castillo, su portero automático era comunal, ya que era el único de los dos que funcionaba en el bloque. Y en su casa, aparte de una "inusual cantidad" de aparatos electrónicos y algo de dinero, solo hallaron un poco de hachís. Por ello, su letrado pidió su absolución, o como mucho 18 meses de cárcel.