- ¿Qué estado de ánimo tiene: aturdido, desconcertado, excitado?

±Divertido.

-Hombre,...

±Pues, sí, divertido, pero no por la situación sino por la esperanza que a mi nunca me falta...

-¿No le produce cierto desasosiego lo que leemos a diario?

±Por supuesto. Me produce algo más que desasosiego: muchas inquietudes. Pero la confianza de que también de esa saldremos.

-Vayamos al grano: usted se quejaba en el libro Aragón hasta en la sopa, donde charla con el profesor Agustín Ubieto, del excesivo poder de los aparatos de los partidos.

±Es cierto; sigo manteniendo la misma desazón, porque siendo cierto también que en el artículo 1 de la Constitución se habla de pluralidad y esta comprende a los partidos, no les da el monopolio ni les permite sustituir, nada menos que a la sociedad entera.

-Pues es lo que hay...

±Lo llevamos viendo bastantes días. Es muy difícil que los movimientos sociales que se manifiestan en la calle, consigan ganar la posición a los partidos. Pero estos deben reflexionar seriamente y hacerlo incluso en sus cuarteles de invierno.

-Pero vemos a diario como brotan los casos corrupción. ¿No le escandaliza?

±Pero no solamente en la política...

-Pero en la política manejan nuestros dineros.

±Sí, hay que suprimirla si se puede, pero advierto que en toda nuestra literatura la figura de la corrupción tiene un vergonzoso lugar de supuesto honor.

-Más razón para arbitrar filtros y controles.

±Los partidos, cada uno de ellos, tienen miedo de resultar los verdaderos culpables, lo cual revela la dimensión del problema. Yo no dudo de que todos los partidos querrían acabar con prácticas semejantes, pero sí dudo de que pongan el mismo empeño de remediar las propias.

-No creo que lo hagan...

±Pues mientras no lo hagan la corrupción no tiene remedio.

-¿En su época de presidente le preocupó este tema?

±Claro, que sí; aunque tuve la fortuna de no encontrarme con ningún caso flagrante del que fuéramos responsables. A un par de diputados les tuve que decir que no fueran a la DGA a recomendar asuntos personales.

-¿Estamos ante un cambio de paradigma?

±Estamos ante una necesidad inminente e indispensable de restablecer el sentido participativo y al mismo tiempo crítico de la democracia. La democracia nos compete a todos, y no hay responsabilidad de ese género que no nos concierna.

-¿Pero hay que cambiar reglas del juego?

±Sobre la Constitución, te digo que no...

-No, sobre la transparencia en los partidos.

±Te digo que sí, literalmente.

-¿Puede aportar alguna idea al debate?

±En democracia todos somos necesarios y ninguno somos indispensable. Pero a mí me gustaría que también todos fuéramos conscientes de que siendo iguales en derechos, acaso no lo seamos en obligaciones, porque eso depende del valor de cada uno, que es distinto. Por eso yo echo de menos a personas que saben y pueden pero no quieren.

-¿Cómo no debe ser un político?

±No debe estar falto de ideología básica, no se debe acudir a la política sin ideología. De preparación indispensable y en definitiva, con un intenso sentido de lo importante que es lo social y lo individual.

-Me llamó la atención que usted mantuvo en su gobierno asesores que pertenecieron a un ejecutivo anterior y contrario al suyo...

±Es cierto. En el partido lo advertí: que iba a escoger a los mejores, no a los que tuvieran carnet.

-También relata que no le gustaba esa tendencia de utilizar las maquinarias de los partidos para colocar a afines. ±Por supuesto. Creo que no lo hice con nadie. Eso se puede llamar nepotismo o miopía política.

-Ahora está a la orden del día

±Esa es una de las razones por la que no están los mejores en la política.

-Me llama la atención que usted que fundó un partido y fue presidente ya no esté en ese partido...

±Y en ningún otro. Yo estoy en situación de excedente voluntario como militante del PAR, pero de carácter obligatorio (risas).

-Se queja en su libro de que todas las autonomías no son iguales.

±Claro. Y me quejo aún más de los diputados y senadores aragoneses, que desde la primera de las asambleas que celebrábamos en Teruel, optaron por no exigir como pedimos los del PAR, que la autonomía fuera igual para todas las comunidades.

-Y no es igual...

±No. Y nunca he entendido por qué aquellos parlamentarios aragoneses optaron por condescender con que tres regiones tuvieran preferencia. Y eso se ha convertido en una permanente servidumbre. Al cabo de tantos años sigo sin entenderlo y nadie me lo ha explicado...

-¿El asunto de los bienes de la Franja entraría en ese desequilibrio de poderes?

±Evidentemente esta es una de las razones por las que yo me oponía a la desigualdad del tratamiento de las comunidades autónomas, porque sin duda el poder central no trata a Cataluña lo mismo que a Aragón. Y en el caso de los bienes es tan patente que podríamos decir que gran parte de la culpa sobrepasa la posición de la Generalidad y afecta también a otras autoridades políticas y religiosas que no son catalanas.

-¿Cree que finalmente el País Vasco y Cataluña se independizarán?

±Yo suelo decir con frecuencia que la primera vez lo dije en el debate constitucional, cuando surgió el conflicto, que me oponía a esa diferenciación, y que mantenía la esperanza de que España nos sobreviviera a todos. Y sigo pensando lo mismo.

-Pues no está muy clara la cosa...

±Pues sigo pensando que no les conviene a ellos ni al resto de España...

-¿Le parece que España es más el norte de África que el sur de Europa? ±(Risas) ¡No! Comprendo el sentido de la pregunta pero me opongo a la mayor. Creo sinceramente que España cumple todas las razones para ser una nación europea y no de las insignificantes.

-Le veo muy optimista

±El optimismo y la alegría los heredé de mi madre. Que pasó muchísimas dificultades para sacarnos adelante y nunca la vi triste ni pesimista.

-¿Cree que a pesar de todo vivimos mejor que nunca?

±Creo que he vivido momentos bastante peores que los actuales. Yo tengo una edad y puedo comparar esto de ahora con el tiempo de la guerra y la posguerra, cuando uno era un niño. Desde mi punto de vista, aquellos tiempos fueron muchísimo peor. Es que en España había miseria y hoy en día nadie se debe morir de hambre.

-Se están recortando muchos dineros en la Sanidad...

±No conozco al detalle al asunto, dónde se hacen los principales recortes, pero dudo mucho de que las élites padezcan tanto esos recortes como lo que podemos llamar clases populares...

-Ya le aseguro yo que no...

±Hay que restablecer una jerarquía en el reparto de los sacrificios. Y quiero decir con ello que la presión fiscal principal debería hacerse a través de los impuestos directos, como renta de personas físicas y de sociedades, que no a través del IVA, que nos afecta a todos por igual.

-¿Ha aceptado estos rescates a la banca?

±En mi opinión, no de manera suficiente. La banca ha disfrutado en España un régimen fáctico de privilegios, que no convendría mantener. Pero las reformas exigirían mucha reflexión.

-¿Qué opina de las tasas en la Justicia?

±La Constitución las permite; salvando siempre el principio de gratuidad de quien no pueda pagarlas. Pienso que la reflexión del ministerio es indispensable y desde luego, debió hacerla antes de remitir el proyecto de ley al Congreso. Rectificar es de sabios.

-¿Qué diferencias prácticas encuentra en la política de hoy a la de sus tiempos? ¿No cree que hoy roza el espectáculo?

±(Risas) Mientras no roce el esperpento... Pero ciertamente la política es una actividad que si bien requiere inevitablemente del humor, también debe vigilar mucho la seriedad. Y como dice mi amigo Roberto Miranda, no es lo mismo hacer reír, que hacer la risa.

-Ahí le doy la razón.

±Yo creo que la política bien ejercida es siempre una continuación de momentos difíciles...

-¿Tiene usted esa sensación? Yo nunca le vi sufrir...

±Sí. En Nava, en mi pueblo, yo hablé y conté que solo recordaba en mi vida política haber tenido tres días felices. Uno, el día en que fui al Pilar después de tomar posesión; otro, cuando inauguramos la traída del agua para beber a los seis pueblos zaragozanos que no la tenían. Y la tercera, conocer mi pueblo de nacimiento.

-Pues hay políticos que ni sufren ni padecen.

±Pues serán políticos porque pasaban por allí... Advierto que sin embargo no se puede ser político sin alegría y sin optimismo.

-¿Volvería a crear hoy otro partido? ±En las condiciones aragonesas de entonces, desde luego. Y no me arrepiento a pesar de que a veces no reconozco el cuadro que pintamos. Tiene un escaso parecido con el actual.