--Yo sé tocar un poco la guitarra pero dudo de que pueda aprender flamenco.
--Todo el mundo aprende, depende el nivel que quiera alcanzar. Pero todo se puede aprender.
--¿Y qué nivel ofrece en su clase?
--El nivel va a ser para principiantes, pero que sepan poner los acordes y poco más... El clinic se ofrece de seis a nueve de la tarde, pero durará más. Probablemente mientras nos tomamos unas cañas acabaremos hablando de guitarras...
--¿En Zaragoza hay tan solo dos guitarristas de este género: usted y Alejandro Montserrat?
--No, hay más. Pero es cierto que hay pocos profesionales. Mención especial para José, el Niño del Lunar. Él es realmente guitarrista flamenco de Zaragoza.
--¿Y usted no se considera del género?
--Mis bases son flamencas, pero intento ampliar el abanico de estilos, desde el clásico a la música hispanoamericana.
--¿Qué método va a utilizar para dar estas clases?
--Mi método tiene un nombre: la sencillez. Después de muchos años me he dado cuenta de que es lo único que funciona.
--Ya, pero el flamenco es cualquier cosa menos sencillo.
--La técnica de la mano derecha asusta a los que empiezan: rasgueos, alzapúas, picados, trémolos... Pero si te lo explican bien con unos pocos minutos al día de práctica, se domina.
--A mí me asustaría más el compás, el ritmo.
--Antes de meternos en el compás flamenco, hay que controlar el compás en general. Y quizás es ahí donde fallamos... El compás flamenco combina a veces, dos compases diferentes.
--Me pide unos minutos pero un virtuoso como Paco de Lucía comentan que le dedica diariamente ocho horas.
--Probablemente de niño muchas más... Pero pasarán días sin sacarla de la funda. Claro, salvo en gira, que supongo que le dedica más tiempo. En realidad no se trata de horas sino de aprovecharlas.
--¿Ya finalizó la transcripción de la obra completa de Lucía?
--Escribí los dos primeros volúmenes, que corresponde a los dos primeros discos. Y ahí me planté. Ahora solo pienso en mí, como en la canción.
--¿Alguna recomendación para los que se quieren apuntar al curso?
--Que no tengan miedo, es muy importante. Hay gente que querría dar ese curso, y le da temor. Que traigan guitarra, por supuesto y una grabadora es aconsejable. Hemos hecho un precio anticrisis de 30 euros, en el que se incluye un mínimo material didáctico de lo que expliquemos.
