El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, ha subrayado que el verdadero problema de los servicios de urgencia hospitalaria es la saturación, lo que repercute en la calidad y facilita los errores.

García Vicente ha comparecido hoy en la Comisión de Comparecencias de las Cortes para explicar las conclusiones del informe sobre el Servicio de Urgencias Hospitalarias del Sistema Nacional de Salud elaborado por defensores del pueblo de distintas autonomías.

En él se alerta de que sus carencias lo convierten en una de las áreas asistenciales donde mayor es el riesgo para la seguridad de los pacientes y donde, debido a su saturación, aumenta el riesgo de error humano y de morbilidad y mortalidad.

Ha asegurado hoy que tiene un buen concepto del funcionamiento de las urgencias, pero tramitó sobre esta área el año pasado diecisiete expedientes por esperas excesivas, de hasta 14 horas, o posibles errores en el diagnóstico, algo que es más difícil de apreciar, dos de ellos de oficio sobre la saturación del Hospital Miguel Servet (sobre el que ha pedido información del plan de reorganización), y la falta de personal de enfermería en el Royo Villanova.

Ha apuntado que la sanidad funciona de una forma "respetable", mejor que otros servicios públicos, por experiencia personal y por la longevidad de los aragoneses, 72 años los hombres y 83 las mujeres, es decir, dos años y medio más de promedio, gracias a la profesionalidad y vocación del personal sanitario y a la consolidación de los hospitales, pero "todo es mejorable" y el informe de los defensores trata de buscar soluciones a los problemas detectados y no culpables.

Tras destacar que es necesario mejorar la educación sanitaria, porque a estos servicios solo se debe acudir cuando hay una urgencia, ha incidido en que el verdadero problema es la saturación, lo que repercute en la calidad y facilita los errores.

En 2013, ha detallado, se registraron en España 28 millones de consultas en estos servicios, en Aragón más de medio millón, más de 1.500 al día, y llama la atención que los principales usuarios sean enfermos crónicos, en fase terminal y niños cuando el tratamiento a estos enfermos debería proporcionarse en otras áreas sanitarias.

También se ha detectado que el horario en el que los servicios tienen más personal (entre las 08.00 y las 15.00 hora) no coincide con el de mayor afluencia de pacientes (de 12.00 a 23.00) y que es excesivo el número de médicos residentes en formación en Urgencias, entre el 30 y el 40 por ciento (algo que también ocurre en Aragón), que además aumenta en los horarios de tarde, noche y fines de semana cuando debería haber una distribución más equilibrada.

García Vicente ha advertido además de que en ocasiones se colapsan las urgencias por el cierre de plantas hospitalarias, del estrés laboral que sufren los profesionales y de que son necesarias mejoras en la gestión informática, facilitar el acceso a las historias clínicas informatizadas o prever los picos de demanda.

También preocupan los derechos de los pacientes a la dignidad y la confidencialidad y las garantías que debe haber para una muerte digna y para preservar el duelo de los familiares, además de la atención de los colectivos más vulnerables, como los inmigrantes en situación irregular, que tienen derecho a la atención en urgencias y ésta no acaba con el alta hospitalaria, sino con la médica, si bien ha asegurado que no ha recibido quejas en este aspecto.

Eduardo Alonso, del PSOE, ha advertido de que las urgencias han aumentado respecto a la última legislatura del Gobierno PSOE-PAR, ha sugerido a García Vicente que no haga caso del plan de reorganización anunciado por la consejería para paliar la saturación de urgencias ni se crea que todas las plantas hospitalarias están abiertas, y ha opinado que los factores que inciden negativamente en las urgencias son el plan de choque quirúrgico y el cierre de los puntos de atención continua.

Patricia Luquin (IU) ha hecho hincapié en que los recortes repercuten en la presión asistencial, porque "con menos se hace menos", ha advertido de que el "nudo gordiano" es la necesidad de reorganización y el control de los picos de saturación, que nunca se aborda, y se ha preguntado dónde queda la intimidad y dignidad de los pacientes que pasan "aparcados" en los pasillos de urgencias hasta 14 horas para ser atendidos.

Carmen Martínez, de CHA, ha criticado los recortes y ha mostrado su preocupación por la inadecuada distribución horaria de profesionales en las urgencias, por la excesiva carga que sufren los médicos residentes para responder a lo que se les requiere y por la falta de una especialidad para urgencias y emergencias, una demanda de los profesionales que han recogido los defensores del pueblo en su informe.

Ramón Celma, del PP, ha considerado un error extrapolar las conclusiones del informe a la Comunidad y también vincular los "ajustes" del Gobierno con los problemas que puedan surgir en Urgencias, porque se repiten a lo largo de los años, mientras que Manuel Blasco, del PAR, ha considerado fundamental la educación sanitaria y que la ciudadanía conozca los recursos sanitarios disponibles, que se corrijan los problemas de intimidad que sufren los pacientes y reducir la tasa de médicos residentes en urgencias.