El Gobierno de Aragón no tomará una decisión respecto a la línea de alta tensión Monzón-Isona hasta que no haya analizado todos sus detalles y el Ministerio de Medio Ambiente dé a conocer el estudio de impacto ambiental del proyecto. Así lo aseguró ayer el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Federico García López, en el pleno de las Cortes, donde el diputado de IU Luis Ángel Romero le preguntó si el Ejecutivo "volverá a liderar" la oposición a la línea como ya hizo con la Aragón-Cazaril.

El proyecto de la Aragón-Cazaril fue anulado en 1995 por el Tribunal Supremo tras un proceso contencioso-administrativo promovido por el Gobierno de Aragón. Más adelante, un nuevo proyecto, la línea Graus-Sallente, fue también anulado por el mismo tribunal. En la actualidad, según Romero, la línea de alta tensión Monzón-Isona es "heredera" de las anteriores y el pleno de las Cortes mostró en febrero de 2009 su rechazo a este proyecto. La línea, dijo el diputado, "no se puede desligar de las anteriores.

El consejero aseguró que el Ejecutivo no apoyará ningún proyecto perjudicial, pero explicó que la línea refuerza el suministro del AVE, aumenta la evacuación de energías renovables y apoya la distribución y el consumo en los polígonos de Monzón y Barbastro y al turismo de los Pirineos.