El antiguo comisario de la quiebra de Walthon Weir Pacific, José Ignacio Ruiz del Olmo, testificó ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza en el juicio celebrado contra los hermanos Arcéiz --últimos propietarios de la empresa de válvulas, declarada en quiebra en octubre del 2002-- por varios delitos contra los derechos de los trabajadores, insolvencia punible, delito contable y falsedad en documento mercantil, así como contra la Seguridad Social. Y su testimonio fue contundente: "Durante la gestión de la compañía, por parte de los acusados (Ángel y Juan Carlos Arcéiz, entre otros), las pérdidas se multiplicaron por ocho".

Esta declaración es una de las más importantes que se escucharon ayer en un juicio que se prolongó durante más de tres horas y media, y que se celebró a pesar de la ausencia de Juan Carlos Arcéiz (la pasada semana estaba en paradero desconocido y el tribunal decretó hace un mes su busca y captura internacional), que fue declarado en rebeldía. El fiscal solicitó tres años de carcel para los inculpados, mientras que la abogada de la acusación, Cristina Ruiz Galbe, que representa a un grupo de extrabajadores y a UGT y CCOO, reclamó ocho años de prisión. Por su parte, el abogado encargado de la defensa de Ángel Arcéiz, Javier Notivoli, pidió su absolución.

En cualquier caso, ayer quedó visto para sentencia el juicio, en cuya vista oral Ángel Arcéiz incidió en la responsabilidad de los antiguos administradores en la quiebra de Walthon. Durante su testimonio, Arcéiz --que acudió al juicio escoltado por una pareja de la Guardia Civil, ya que cumple una condena en la cárcel de Logroño--, subrayó que "he puesto mucho dinero en la empresa" y "he trabajado mucho". Una afirmación que repitió constantemente hasta el punto de llegar a decir que "mi dedicación era absoluta, con jornadas de hasta 22 horas al día". Acerca de su trayectoria profesional, Arcéiz señaló que "llegué a ser el director de la mayor fundición del mundo, con 5.000 empleados". Sobre los trabajadores les calificó de "aristócratas" con altos sueldos.

El fiscal incidió en lo complicado que resulta entender que una empresa, con un fondo de mercado como el que tenía Walthon y con ventas en el exterior muy importantes hubiera caído en la quiebra. En este sentido, explicitó que, tanto Ángel como Juan Carlos Arcéiz, fueron los liquidadores de la empresa.

La abogada de la acusación, Cristina Ruiz Galbe subrayó la penosa situación que atravesaron los trabajadores y aludió a que solo han cobrado parte de sus indemnizaciones, a través del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). Acerca del desarrollo de la vista comentó que "ha sido sencillamente como estaba previsto"