La magistrada del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de La Almunia investiga varios posibles episodios de tráfico de animales exóticos y protegidos desde el Aviapark de La Muela. Las pesquisas desarrolladas por el equipo del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza han llevado a la imputación del veterinario y director adjunto del aviario hasta el pasado mes de agosto, A. C. C., y de una empleada, C. F. M., como presuntos autores de un delito contra la flora y la fauna silvestre, castigado con hasta dos años de prisión o multas que pueden llegar a 216.000 euros.

El Seprona inició las pesquisas a finales de julio, tras recibir una denuncia sobre el supuesto mal estado de los animales del Aviapark y después de la difusión de varias informaciones periodísticas sobre el supuesto riesgo de inanición que padecían los cientos de ejemplares de especies exóticas que viven en el parque --y que resultó no existir-- como consecuencia de la ruinosa situación económica del Ayuntamiento de La Muela. La denuncia la presentó un ciudadano que había comprobado que varios animales que había dejado en depósito no se encontraban en el complejo y nadie le daba razón de su paradero o situación.

Entre otros animales, había cedido una gineta, una pareja de coatís y una ipacaa. Cuando el Seprona inspeccionó el Aviapark, el primer animal no se encontraba allí, mientras que resultaba imposible determinar si los otros lo estaban.

TRASIEGO Unos días después, los investigadores descubrieron que la gineta había acabado en manos de un vecino de Barcelona --se la ofrecieron desde el Aviapark tras anunciar en internet que buscaba una--, que pasó a figurar como titular del ejemplar en el Riaca (Registro de Identificación de Animales de Compañía de Aragón). "Dicho cambio es realizado por el veterinario A. C. C., sin serle comunicado tales hechos a su propietario y sin poder justificar documentalmente su autorización", señala un informe del Seprona, que añade que el pago de 600 euros al dueño inicial que mencionó el responsable del aviario "no consta en los asientos del libro mayor de la Sociedad Municipal Cultural y Deportiva de La Muela".

Los guardias civiles comprobaron el 24 de agosto que el coatí macho del Aviapark "no corresponde al entregado" por el denunciante, y el 13 de septiembre localizaron a la hembra entre la fauna del aviario.

Entre esas dos fechas, el 2 de septiembre, la empleada entregó a los agentes una copia de la base de datos del zoológico en documento informático. Los investigadores observaron que ese documento "ha sido abierto o modificado con fecha 24 de agosto de 2011". En él "existe una anotación referente al coatí macho como defunción" aunque ese fallecimiento no había sido comunicado al Riaca. "La gineta aparece como cambio en dicha base de datos", si bien A. C. C. no informó de esa modificación al dueño del animal en los varios contactos que mantuvieron en los meses previos a la denuncia, añaden. A. C. C. y C. F. M. sostienen en ambos casos que era el otro quien manejaba la base de datos.

Tanto los imputados como los testigos negaron en su declaraciones ante la Guardia Civil haber vendido personalmente --o comprado-- algunos de los animales exóticos del parque. Sin embargo, en la causa obran algunos correos electrónicos que apuntan a transacciones poco ortodoxas.

En uno de ellos, el denunciante le pide al veterinario que le indique los ejemplares de animales que estén en venta y sus precios, ya que "he hablado con un contacto interesado en comprar todo lo que os puede sobrar en el zoo, para de esta manera intentar quitar excedentes y poder arreglar mi asunto". A. C. C. le responde con un listado de valoraciones y, poco después, le remite otro con los bichos disponibles.

En otro, le pide a la empleada, para una serie de anuncios de venta de animales, datos que debían incluir "los pollos del año pasado".