El PP ha hecho de la crítica a la reforma fiscal del Gobierno --al que llaman "impuestazo"-- una de sus principales líneas de ataque. Ayer en el último pleno del curso político, los populares insistieron. Se interesaron por las previsiones que maneja el Ejecutivo para el 2017. Y el presidente, Javier Lambán, avanzó ya que los impuestos no bajarán el próximo año.

"Pues mal, mal empezamos", resumió el portavoz de los populares, Roberto Bermúdez de Castro. El conservador lamentó que el Ejecutivo del PSOE haya colocado "a Aragón entre las comunidades donde más se paga, cuando siempre se habían pagado unos impuestos normales". "Le pedimos que vaya a la media del país, a la centralidad, a la normalidad. Ha pasado un año, y usted eligió un camino --pactar con Podemos--. Pensamos que se equivocó. Lo pensamos nosotros y este domingo pasado también se lo dijeron los aragoneses. Vuelva a hacer un Gobierno para todos", dijo el popular.

No convenció al presidente Lambán: "En materia fiscal, como en el resto de políticas, este Gobierno está justamente en la centralidad", aseguró. La reforma fiscal del año pasado trataba de corregir, precisó, "un error del Ejecutivo anterior --PP--PAR-- consistente en recortar servicios públicos y la vez bajar los impuestos, con lo cual defraudó las expectativas de los aragoneses en materia de calidad de los servicios y fue incapaz de atajar el déficit público".

Lambán precisó que la carga impositiva que soportaban los aragoneses con el Gobierno PP--PAR era del 21,5%, y con la reforma fiscal de su Gobierno, relativa a impuestos sobre los que tiene competencias la comunidad --hidrocarburos, medioambientales, transmisiones o sucesiones-- esta se incrementó en tres décimas. "Justamente el mismo incremento del IVA que aplicó Mariano Rajoy a principios del 2012", zanjó.

El presidente justificó la reforma fiscal en la necesidad de salvar los servicios públicos "sin interferir en la actividad económica". Bermúdez de Castro le echó en cara que el incremento impositivo tenía efectos negativos en diferentes sectores como el de la construcción o el agroalimentario --por la subida del gasoleo y la gasolina--, y que perjudicaba a muchos aragoneses. "En las provincias vecinas los hidrocarburos siguen estando más caros, por lo que el consumo aquí no ha descendido. A la luz de los indicadores económicos se ve que no haya tenido ninguna repercusión", le contestó Lambán.

Según el jefe del Ejecutivo el próximo ejercicio el problema no serán los impuestos, sino las consecuencias de las políticas del Gobierno central en Aragón. "De entrada --dijo-- para cumplir con Bruselas se tendrán que recortar 8.000 millones y eso nos afectará".