Este año, las brujas de Laspaúles pudieron respirar tranquilas. Por votación popular, la localidad oscense indultó a estas sospechosas del abracadabra en la recreación de la ejecución de unas 60 mujeres cuando el municipio era una especie de principado independiente (el consell de Las Pauls, que reunía a 11 núcleos), en el siglo XVI y bajo el reinado de Martín de Aragón. Casi la totalidad de los 354 habitantes del lugar se volcó en la conmemoración, nacida el año pasado e impulsada por el propio cura de la localidad, Domingo Subías, que encontró en los ochenta un manuscrito escrito en patués (lengua de esta zona) sobre estos hechos.

En la puesta en escena, no faltó ni el carnicero, ni la tabernera para dar fe de lo ocurrido. Ni tampoco el Justicia (interpretado por Joaquín Saura), el conde (Alfredo Barrao), el alcalde (José Manuel Hernández), ni por supuesto las cinco brujas, que este año fueron María Angeles Ariño, Maribel Rami, Raquel Ballestín, Montse Serentil y Carmen Tamparilla. Una terna de actores improvisados compuesto por habitantes del pueblo y por otros que sólo vuelven al lugar en fin de semana. Tras ellos, hay un arduo trabajo, incluida la confección de los trajes y la recolecta, por parte de los niños, de flores medicinales para el gran día. Un mercado medieval y numerosos actos compusieron esta representación, cuyo pregón ofició la periodista Beatriz Barrabés. Con todo preparado y el cura (que hizo de ídem ) enfrascado en su letanía de nombres de las 60 mujeres que ardieron en el siglo XVI, el público votó para bien. Y el alcalde de ficción puso fin a la macabra fiesta con una frase llena de sorna: "Ganas y brujas nos han quedado, pues todas no las hemos quemado".