Los dos ciudadanos de origen rumano a los que la Guardia Civil intervino en Zaragoza el 4 de junio del 2010 un osezno procedente de los Cárpatos --L. M. y S. M. S.-- podrán eludir finalmente el ingreso en prisión, ya que las dos acusaciones --la Fiscalía y FAPAS, Fondo en Asturias para la protección de los Animales Salvajes-- se han visto obligadas a retirar el cargo de contrabando por el que solicitaban cuatro de los seis años de prisión a los que se enfrentan los acusados. Los condenados a penas no superiores a los dos años pueden pedir la remisión condicional de la pena cuando carecen de antecedentes, como es el caso.

La causa de esta modificación de las conclusiones provisionales se encuentra en la reforma de la Ley de Represión del Contrabando, que en julio del 2011 situó en 50.000 euros el valor mínimo de una mercancía cuyo trasiego transfronterizo ilegal constituye ese delito.

VALORACIÓN Un informe de la Dirección General de Desarrollo Sostenible y Biodiversidad del Gobierno de Aragón cifró el valor de la cría de oso en 17.423 euros, cantidad inferior a la que requiere el tipo delictivo. El cambio de la normativa entre la detención y la fecha del juicio --por determinar-- ha hecho desaparecer uno de los dos delitos a los que se enfrentaban los acusados.

Así, tanto la Fiscalía como FAPAS, representada por el abogado ambientalista José Manuel Marraco, mantienen para los dos acusados la petición de dos años de prisión y cuatro de inhabilitación para practicar la caza y la pesca como autores de un delito ecológico. La defensa, que lleva la penalista Olga Oseira, solicita la absolución al entender que no existe delito.

El juicio por estos hechos estaba señalado para el 25 de febrero en el Juzgado de lo Penal número 2 de Zaragoza, cuyo magistrado lo suspendió al estar ilocalizables los acusados. El hecho de que la pena no supere los dos años permite ahora enjuiciar los hechos en ausencia.

S. M. S., sobre el que pesa desde hace unos meses una requisitoria, era el conductor y el dueño del coche en el que la Guardia Civil de Tráfico localizó al osezno tras cometer una infracción en la Ronda Norte. El otro imputado, L. M., aseguró a los agentes que el animal se lo había dado un grupo de rumanos en la frontera de Austria y Hungría, y que lo traía a Zaragoza para que su novia lo tuviera una temporada antes de entregarlo a un centro de fauna.