Hoy se cumple un mes desde que la familia y los amigos de Victor da Silva no saben nada de su paradero. Una situación "desesperante", como la define su prima Thais, sobre todo cuando las vías de investigación se van agotando. Pese a que el Grupo de Homicidios continúa la investigación, poco queda que hacer aparte de esperar. La Policía llama a la madre "todos los días", según explican fuentes familiares, pero "no hay ningún dato nuevo".

Ante este panorama, los familiares y amigos luchan porque al menos su desaparición no caiga en el olvido. Para ello, han convocado una concentración, el próximo sábado, a las 20.00 horas, en la plaza de España de Zaragoza. Con apenas un día en la red social Facebook, la convocatoria cuenta ya con más de 200 inscritos para acudir.

Los familiares no se rinden a la hora de pensar iniciativas con las que seguir la búsqueda, pero hasta el momento han sido infructuosas. Las batidas por la zona donde se le pierde la pista --la avenida Cataluña y el polígono Cogullada-- las han abandonado, porque "lo único que conseguimos es ponernos en peligro", explicó su prima Thais. Además, son zonas en las que la Policía y los propios amigos del joven han buscado pistas con minuciosidad.

RECOMPENSA La desesperación de la familia por saber dónde está Victor les llevó a ofrecer 10.000 euros por pistas sobre su paradero. Thais dejó bien claro que solo recibirían recompensa quienes ofrecieran información "fiable" y que pudiera ser posteriormente verificada. En principio la iniciativa funcionó, y recibieron "muchas, decenas" de llamadas. Pero o bien les han dado información que ya conocían o han sido intentos de engañarles. "Hay muchos que han tratado de aprovecharse", confirmaba la prima, entristecida.

Por el momento nada ha ampliado la información con la que ya contaba la Policía. Es decir, que los amigos le vieron en el cotillón del Espacio Ebro que estaban celebrando, que envió un mensaje por WhatsApp en torno a las 9.45 horas y que el repetidor de la plaza Mozart localizó su móvil sobre las 12.30 horas.

Pese a que el recorrido andando desde Ranillas le situaba ya cerca de su casa, la Policía sigue barajando que cayó al Ebro, y los Bomberos de la DPZ volverá a rastrear este domingo la presa de Pina. La familia espera un desenlace, porque la incertidumbre, "levantarte un día pensando que vive y otro que no, te destroza", explica su prima.