La población reclusa en los centros aragoneses de Zuera, Daroca y Teruel continúa descendiendo. El año 2014 cerró con 2.152 internos, lo que representa casi un 18% de reducción en el último lustro. La mayoría, 2.035, son hombres.

Una situación que se extiende a todo el territorio nacional, ya que se ha pasado de más de 76.000 internos hasta alcanzar actualmente 65.017, según los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior. La comunidades que más presos tienen son Andalucía con 15.079; seguida de Cataluña con 9.291; la Comunidad de Madrid con 8.788 y la Comunidad Valenciana con 6.888. Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla son las que menos tienen con 201 y 303, respectivamente.

Entre las circunstancias que explican este comportamiento se debe a la importante reducción de los recursos extranjeros que, actualmente, en Aragón se sitúa en el 38,3% del total. Y es que la posibilidad de conmutar los delitos inferiores a seis años por la expulsión del país ha llevado a muchos internos a acogerse a este medida, adoptada en 2010 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

BAJA CRIMINALIDAD

Otra de las razones por las que actualmente la población reclusa se sitúa en niveles tan bajos responde al descenso de la criminalidad. El Ministerio del Interior sitúa la tasa en un 30 por mil, la sexta más baja de España. Se cometieron un total de 9.508 delitos y faltas en los tres primeros meses del año.

La delincuencia bajó el primer trimestre del año un 6,5% respecto al mismo periodo del 2014. Un comportamiento que se mantiene desde hace 12 años. Entre los descensos está el 8,4% de los delitos contra el patrimonio o el 23,2% de los atraco.

Pese a estos buenos datos la tasa de resolución de delitos cayó el pasado trimestre hasta el 48,3%, frente al 51,9% del año pasado, que había llegado a cerca del 54% a finales del 2014. Aragón cuenta con tres centros penitenciarios y varios centros de inserción social. Sin embargo, la cárcel de Zuera, situada en la provincia de Zaragoza, sigue estando saturada. De los 2.152, con los que cerró el año 2014 la comunidad, o los 2.175, en el último registro del mes de abril, en dicha prisión hay más de 1.600 internos.

Esta macrocárcel, inaugurada en el 2001, se concibió para acoger a 1.008 condenados, si bien llegó a duplicar su población. Un hacinamiento que conllevó una treintena de muertes desde ahorcamientos con las sábanas de las camas, sobredosis o apuñalamientos como el del preso Antonio Giménez a manos de Santiago Domínguez Corbalán, que acababa de llegar de la cárcel de Puerto, en Andalucía.

Mientras en Teruel la cárcel está siendo ampliada desde hace tres años para poder albergar a unos 440, casi el doble de los que hay actualmente. En Daroca los retrasos siguen siendo la tónica de las obras de reforma.