Aunque la piscina es el lugar predilecto de los niños saharauis que pasan el verano en Zaragoza gracias al programa Vacaciones en paz, la primera excursión de su aventura en la capital aragonesa ha sido a la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y al ayuntamiento de la capital. Allí se reunieron ayer una treintena de los 137 niños que han llegado este año, de entre nueve y doce años, para ser recibidos por el alcalde, Pedro Santisteve, y por la consejera de Derechos Sociales, Luisa Broto. Santisteve les recordó que son los «mejores embajadores del pueblo saharaui» y que no duda que «algún día podrán ver al pueblo emancipado».

Además de la diversión de numerosas actividades, como viajes a la playa o visitas al parque de atracciones junto a sus amigos españoles, estos pequeños también recibirán tratamientos médicos de especialistas como el dentista y el oculista.