No es vértigo. No es superstición. Y no es un problema de falta de dinero. A Zaragoza en Común (ZeC) le ha entrado un repentino miedo a volar que le ha llevado a anular el viaje que del 25 de mayo al 2 de junio iba a llevar al alcalde Pedro Santisteve a una de las citas turísticas más importantes en China, la feria de turismo de Zhenghou, invitado por la embajada y a gastos pagados. ¿Por qué? Para unos, su incomodidad por el aluvión de críticas que le ha acompañado en cada desplazamiento. Para otros, que se le han cortado las alas a machetazos (políticos, claro). Sea como sea, se empiezan a encender las alarmas en algunos técnicos, que piensan que los encontronazos afectarán a la proyección exterior de la ciudad. Para estrechar lazos o, como en el país asiático, para atraer visitantes.

Durante toda la legislatura han sido varios los sobresaltos que han surgido tras una escapada institucional. Las primeras veces, porque lo que él veía como representación del ayuntamiento en citas que él entendía relevantes, como los encuentros de las llamadas ciudades del cambio en Barcelona y, sobre todo, en La Coruña, para el resto era un interés partidista costeado con dinero público.

«No vamos a consentir que se nos impida hacer la labor de gobierno» defendía entonces Santisteve para zanjar la polémica por aquella asistencia, en noviembre del 2015, a la Cumbre de Alcaldes por el Cambio que organizaba sus colegas de Marea Atlántica, que le costaron a las arcas públicas 858,40 euros.

Allí fue en tren con su jefe de gabinete, su responsable de prensa y un asesor, pero su alojamiento en el hotel Plaza de La Coruña, los 127,19 euros en los taxis utilizados y el pulpo a feira que degustaron en una comida en El Cabildo (con huevos rotos, tarta de queso, un botellín de agua y una Coca Cola) se conoció al detalle. Todo bajo el paraguas de lo «institucional» y solo eclipsado por la compra, con dinero de Alcaldía de la gomina que le dio fama nacional. Sus casi 16 euros mejor invertidos si quería popularidad.

En el 2017, la chispa saltó con su desplazamiento a Centroamérica, a principios de septiembre. Una delegación compuesta por siete personas durante 13 días por Honduras, Nicaragua y El Salvador le había supuesto al erario municipal 23.099,45 euros, a 2.887,43 por cabeza. Y como despegó, pese a no contar con el beneplácito de la oposición, que consideró inadecuado tal dispendio, aterrizó con la maleta bien cargada de críticas.

En realidad, los 11.194,18 euros de los vuelos, los 6.925,50 de los hoteles, los 2.097 de los gastos de desplazamiento por estos tres países y los 1.843,82 de manutención tuvieron más protagonismo que su aparente misión «institucional» de, explicó, supervisión de los proyectos de Zaragoza en cooperación.

Y este año la bronca llegó con la cita del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) en Santiago de Chile. Acudió Santisteve con la idea de traerse una buena dosis de felicitaciones por alcanzar la vicepresidencia de esta red y la despresurización le llegó pronto cuando de nuevo la controversia era importante. Adelgazó la delegación, con solo cuatro personas (el responsable de Urbanismo, Pablo Muñoz; el coordinador de Ebrópolis, Míchel Zarzuela; y un asesor de Alcaldía, Raúl Royo) hasta dejar la factura en 5.944,68 euros.

Pero la sombra de la duda ya no era la conveniencia de ir, sino quién había pagado el viaje de su mujer y su hija, y sobre todo que hubiera adelantado dos días su vuelo -para estar de relax, según su gabinete de comunicación, y de reuniones de las que no hay constancia, según él-. Más cuando, además, se avecinaba una riada en Zaragoza. Nada se dijo de las dos noches adicionales que, pagadas cada uno de su bolsillo, se añadieron sus tres acompañantes.

Lo sabrá Turopa, la misma agencia de viajes en la que el ya excoordinador de ZeC y exsecretario general de Podemos en Zaragoza, Guillermo Lázaro, reservó el viaje a Nueva York con su pareja, la exsecretaria de Organización de Podemos Aragón, María José Calderón, y que les ha costado el puesto. Ambos tardaron 8 meses en darse cuenta de que el cargo de sus vacaciones, 2.814,02 euros, se había abonado, «por error» según ZeC, con una cuenta a nombre del partido y no con la propia. El mismo día que se conoció este escándalo, Santisteve hizo pública la anulación del viaje a China. Y empezaron a dispararse las especulaciones.

Sin embargo, la feria en China ya no estaba en su agenda. Por un vértigo que, sumando todas las polémicas, al erario municipal le ha salido por unos 30.000 euros, el 10% de los más de 300.000 que Alcaldía consignaba cada año antes de su llegada. Y con un añadido: la junta de portavoces se negó a cambiar las fechas del pleno (serán mañana y el próximo viernes) para facilitar su desplazamiento. Así de alto vuela el Ayuntamiento de Zaragoza hoy. Por miedo a estrellarse.