De poco le ha servido al que fuera jefe de la compañía de seguros Ocaso en Aragón, Fulgencio Román Román, el poner en manos de la Justicia sus inmuebles urbanos, rústicos y hasta un vehículo de lujo para evitar entrar en prisión por sisar a su empresa 1,2 millones de euros. La Audiencia de Zaragoza le acaba de condenar a seis años de prisión.

Los magistrados de la Sección Tercera del tribunal provincial le han impuesto tres años y medio por el delito de apropiación indebida y otros dos años y medio por el delito de insolvencia punible, ya que gastó parte de ese dinero para negocios privados con la intención, según los magistrados, de "disminuir su patrimonio a efectos de pago de responsabilidades civiles". Lo hizo de la mano de su esposa María Teresa Segura Romero, a quien le imponen la misma pena.

Un importante revés judicial después de que Fulgencio Román llegara a admitir la acusación, así como una pena muy inferior --21 meses-- que llegó a acordar con la Fiscalía para evitar que su esposa, María Lourdes S. R., fuera condenada. Una conformidad que paralizó el abogado de Ocaso, Víctor M. Sunkel, al no querer pactar y que ha hecho que la Audiencia de Zaragoza haya impuesto esta sentencia.

El acusado consiguió quedarse esa importante cantidad de dinero porque disponía de cheques firmados en blanco por los directivos, extendidos contra la cuenta corriente de la compañía que tenían como finalidad el pago de siniestros de los asegurados o el disponer de dinero en efectivo para los gastos de la propia oficina. Lo hizo desde el año 1994 hasta el 2014.

Una auditoría interna lo descubrió y en ese mismo momento Fulgencio Román lo reconoció, llegando a firmar un escrito de reconocimiento de deuda con Ocaso. Un documento que sirvió a la empresa para interponer la denuncia ante la Policía. Aunque le habían cazado, decidió gastar parte de ese dinero en la reforma de un local.