Los accidentes de tráfico en las provincias de Teruel y Zaragoza aumentan un 27% los días de lluvia, mientras que en el conjunto nacional se elevan un 7,4%. Por el contrario, en las provincias españolas en las que habitualmente se registran más precipitaciones el incremento de la siniestralidad es menor, según el Centro de Estudios Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial.

A Teruel y Zaragoza les siguen Toledo con 19,1% más, Almería con 18% más o Jaén con un 16,9% más. En el polo opuesto se sitúan Salamanca y Cuenca, provincias en las que en los días pasados por agua bajan los siniestros el 5,2 y el 8,9%, respectivamente.

La conclusión a la que se llega en el estudio es que, cuantos más días de lluvia tiene una provincia, menor impacto hay en los siniestros viales.

Entre los factores que se apuntan para explicar esa tendencia son una mayor experiencia de los conductores a una climatología adversa, o un mejor estado de las infraestructuras. Otro hecho que han constatado en el análisis es que la lluvia no provoca un incremento de los siniestros con víctimas. La media de accidentes con víctimas con daños corporales en los días secos es del 5,3%, un porcentaje similar a los lluviosos, del 5,6%, precisa el Centro de Estudios Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial.

Los expertos señalan que la pericia en la conducción y el estado del vehículo (especialmente de los neumáticos) son probablemente los factores que más determinan el mayor o menor incremento de accidentes de tráfico cuando se circula con lluvia. La preparación de las infraestructuras es mayor en las provincias con elevada frecuencia de lluvias, ya que los sistemas de evacuación de agua no se colapsan y generan menos bolsas de agua.

Ante todo ello, destacan que hay que tener en cuenta que la distancia de frenado se incrementa un 40% cuando el asfalto está mojado. Proponen mantener la presión correcta de los neumáticos o revisar el dibujo de los mismos, ya que la pérdida de resistencia al aquaplanning es exponencial al desgaste. Cuando el neumático está gastado al 50% se pierde el 75% de efectividad frente a este fenómeno.

Desde Ponle Freno destacan, en las curvas, la importancia de frenar antes y ser muy suave con volante y pedales. Esto es para que las transiciones de aceleración, frenada y cambios de apoyo sean progresivos y no provoquen pérdidas de adherencia. Los movimientos bruscos desestabilizan el coche, especialmente en asfaltos con agua.