--¿Usted sabe definir lo que hace usted misma?

--Pues, no, no sabría, pero cuando hablan de mí dicen que soy la que hago cosas pequeñas. Incluso me definen como minimalista, lo que no es cierto.

--En todo caso lleva muchos años en la creación.

--Muchos, desde siempre, de pequeña. Empecé estudiando pintura en una academia que había encima del Plata, al lado de los billares donde trabajaba Mauricio Aznar. De vez en cuando me asomaba al Plata, así que acabé asociando lo que yo hacía con los artistas.

--¿Nunca le dio por pintar cuadros convencionales?

--No, no, nunca. No me gusta la palabra convencional. Tengo formación de dibujo clásico, pero nunca quise pintar...

--¿Por qué hace cosas pequeñas?

--A lo mejor porque mi cuarto es pequeño, porque mi casa es pequeña, porque yo soy pequeña... ¡Tengo que hacer cosas pequeñas! Los embalajes son cajitas de frutos secos o huevos Kinder.

--La gente llama a estas cosas instalación, performance...

--Sí, el nombre artístico es instalación, pero no me gusta mucho. Es que no me gusta que me miren cuando trabajo, ser observada. La exposición que hice en Huesca se llamaba Parque de atracciones. Pues, eso, esto son atracciones.

--Coordina el libro Cuadro natural.

--Sí, yo lancé la propuesta de crear un libro objeto, y la cosa creció. Durante dos años he trabajado y al final han participado 13 colaboradores con 13 libros.

--¿Y la finalidad?

--La finalidad es la parte del proceso. Se trataba de elegir un soporte, crear algo. Entró el Rolde en el proyecto y por lo tanto adquirió forma de libro, claro. Eso es todo.

--Últimamente cunde usted mucho.

--El cundir siempre va asociado a estar de moda, y es algo que no me gusta nada. Quizás es que llevo un tiempo en que se me ha juntado todo. Como estoy en paro tengo más tiempo para hacer cosas.

--¿Cómo lleva la parte mercantil del negocio?

--El libro se tiene que vender, claro, pero no dará dinero a ganar a nadie, ni a mí ni a la editorial...

--Ya, pero venderá sus objetos que expone.

--No se trata de eso, no es ése mi concepto del arte. Yo reivindico otra relación: si me encargan un trabajo, deben pagarme por hacerlo, no por vender. Al albañil le pagan por hacer un muro; yo también debo cobrar por preparar ese proyecto. Más que dinero pido respeto por lo que hago; que cuiden la exposición, que le quiten el polvo... Yo siempre supe que no iba a ganar mucho con el tipo de arte que elegí.