Todas las fuerzas políticas aragonesas volvieron a pronunciarse ayer en contra de la explotación de una mina de magnesita a cielo abierto en el pueblo soriano de Borobia, justo en la frontera con las comarcas zaragozanas del Aranda y Calatayud, en la vertiente sur del Moncayo. La reactivación del proyecto, que se remonta al año 2005, se debe a que la empresa que pretende llevarlo a cabo ha iniciado una serie de catas que han causado una gran alarma en la zona afectada.

Un portavoz de la DGA señaló ayer que el Gobierno de Aragón se opone formalmente al proyecto por los problemas medioambientales que originará. Además, recordó que el Ejecutivo ya presentó alegaciones contra la mina durante la tramitación del estudio de impacto ambiental.

Por otra parte, el portavoz del grupo socialista en las Cortes de Aragón, Javier Sada, insistió ayer en su rechazo al proyecto y adelantó que preguntará al consejero de Agricultura, Modesto Lobón, qué acciones ha realizado y cuáles va a llevar a cabo en relación con el proyecto.

Asimismo, Chunta Aragonesista consideró "urgente" que las instituciones de la comunidad, y en especial el Gobierno, defiendan los intereses económicos y medioambientales de los municipios afectados, que se asientan en la orilla de los ríos Isuela, Ribota, Manubles y Aranda, todos ellos con origen en un acuífero que puede contaminarse por efecto de la explotación minera.

Finalmente, diversos sindicatos agrarios aragoneses critican duramente la mina a cielo abierto por su negativo impacto sobre las tierras agrícolas y los pastos existentes en la zona, de los que viven varias familias.