Las riadas en la cuenca del Ebro del pasado mes de abril se saldaron con 894 animales muertos en tres de las explotaciones ganaderas afectadas, según datos oficiales aportados por el consejero de Presidencia, Vicente Guillén, en una respuesta escrita en las Cortes de Aragón.

En total, se vieron afectadas 62 explotaciones ganaderas ocupadas por 51.000 cabezas de ganado (25.000 de porcino, 21.000 de ovino y 5.000 de vacuno). A causa de las inundaciones hubo bajas de 94 cerdos de cebo en una granja de Villafranca que quedó inundada por la crecida con 1.000 animales en su interior y que fueron desalojados con medios del Gobierno de Aragón.

Asimismo, 200 ovejas murieron arrastradas por la corriente en Codos y 600 lechones en una granja de Tauste. El resto de animales afectados fueron desalojados, salvo cinco explotaciones que quedaron aisladas a cuyos animales se les proporcionó alimento en medio de la riada. En la crecida del Ebro del 2015 murieron 10.000 animales.

Más allá de las bajas registradas, la actuación de emergencia por la subida del caudal supuso, según los últimos datos aportados por el Gobierno de Aragón, la evacuación de 16 granjas de porcino con un censo total de 25.115 cerdos, 17 explotaciones de ovino con un censo total de 20.985; de 18 explotaciones de vacuno de cebo con un censo total de 2.500 animales; de seis explotaciones de vacas de lidia con un censo de 1.137 ejemplares y de tres granjas de vacas nodriza con un censo total de 295 animales.

El propio consejero consideró que es necesario establecer «un protocolo de actuación que permita anticiparse ante eventos de crecidas extraordinarias de caudales y sus efectos en explotaciones ganaderas incluidas en zonas inundables». Dicho sistema debe «garantizar tanto la legislación derivada de bienestar animal como de la legislación en áreas inundables». Por el momento, la valoración económica de los daños depende de las compañías de seguros.