"Es verdad; soy más atractivo al natural. Es un handicap que arrastro... Tengo unos ojos preciosos, aunque no lo aprecien los del fondo. Y también soy más alto de lo que parece... Por la tele, tengo cara de bajito". Sorna aragonesa (la que tiene por parte de padre) gastó ayer José Miguel Monzón (es decir, el Gran Wyoming) en Zaragoza. Actuaba por la noche con su grupo de rock y, horas antes, reunió a cientos de personas en una de las sesiones del ciclo del tertulias El café de tu vida, que organiza la firma aragonesa Cafés Orús en los salones del hotel Goya de la capital.

Después de visitas de lo más variado (desde Bertín Osborne a Cecilia Jiménez, restauradora del Ecce Homo), Wyoming tomaba el testigo en una sala a reventar, que agradeció su humor. Ácido... Pero no tanto. Casi se puso colorado ante tanta expectación. "Espero estar a la altura", confesó.

Frente al showman estuvo, como siempre, Mari Cruz Soriano, ejerciendo de maestra de ceremonias. En primera fila, Corita Viamonte o el profesor de Economía (y experto en cómics) Juan Royo, además del equipo del Ágora de Orús, desde Marisa Beltrán a Javier Marco, y el propio consejero delegado de la firma, José María Marco. Entre bambalinas, andaba el periodista Arturo Gastón, encargado de coordinar el ciclo (y de lidiar con la prensa, que no es poco).

Wyoming recordó a su padre, de Monreal del Campo, y su herencia aragonesa, que le hace "decir siempre lo que piensa". Un gen que le ha costado "más de un disgusto", admitió. "Tanto que antes era un tipo normal y ahora resulta que soy un personaje extremo y polémico", bromeó. Un personaje que ayer sacó soltura y buena leche para un café diferente.