«La moda se pasa de moda; el estilo, jamás», dijo un día la diseñadora francesa Coco Chanel. Entonces, ¿por qué conformarse con diseños preestablecidos? Si una boda es única, ¿por qué no elegir un vestido exclusivo?

Cuando tenemos un evento especial, normalmente el primer impulso nos lleva a buscar nuestro outfit perfecto en una tienda al uso pero en multitud de ocasiones, cuando nos disponemos a probarnos los trajes, tenemos problemas porque los diseños marcan demasiado la cadera, tienen demasiado escote o esa espalda con corte en pico no nos sienta bien. Y es que cada cuerpo es un mundo.

Con esa premisa grabada a fuego, la de basarse en la confección a medida, trabaja el atelier Ana Corellano (www.anacorellano.es), un estudio de moda y alta costura que abrió sus puertas en el 2013 en pleno centro de Zaragoza. Al igual que cada mujer es diferente, la diseñadora aragonesa Ana Corellano crea diferentes estilos, formas, volúmenes, texturas, caídas y colores desde cero, teniendo en cuenta las medidas de la clienta y creando un boceto diseñado exclusivamente para ella. Pero no se cierra solo a la moda nupcial, también está abierta a la confección de trajes para invitadas y madrinas. «Creamos piezas únicas, ya no vas a correr el riesgo de vestir igual que otra persona», explica Corellano.

La novia ya no tiene excusa para ir perfecta. La diseñadora aragonesa Ana Corellano va a abrir una nueva línea de negocio vía tienda online que se va a dedicar a vender productos exclusivos mediante unos packs de complementos necesarios para una novia de alta calidad, unos kits que además son ideales para hacer un regalo original y único. Las próximas novedades se publicarán en el blog del atelier Ana Corellano y a través de las redes sociales (en Facebook y en Instagram).

Pero el proceso de confección comienza mucho antes de tener el tejido entre las manos. «Asesoramos según la anatomía corporal de la persona para así jugar con las formas y lo tejidos», cuenta la diseñadora. El primer paso consiste en una entrevista personal con la clienta para conocer sus gustos y enfocar el estilo de la boda con el objetivo de visualizar el diseño. Una vez elegido el corte y el tejido, se realizan una serie de pruebas hasta llegar a los últimos retoques días antes de la boda, cuando se da la pincelada de distinción utilizando pasamanerías y aplicaciones únicas.

¿El objetivo? Que la clienta viva el proceso de su propio vestido y conseguir que luzca perfecto el día del evento. «Nos gusta plasmar el estilo personal de cada una de nuestras clientas para que en el día del evento se sienta identificada, siendo ella misma», relata Ana Corellano.