Mientras España entera mira el desembarco de cientos de guardiaciviles en Cataluña, en el Gran Premio de Aragón se ha decidido reforzar la seguridad en los accesos al circuito y en las carreteras de la comarca. Se diría que Motorland está más vigilado que nunca por tierra y aire, con helicópteros sobrevolando día y noche diferentes áreas. No había nada que subrayar hasta ayer por la noche, más allá de comprobar que, si bien el número de agentes desplazados es similar al de ediciones anteriores, la disposición no es la misma. Los guardias, fusil en mano, se apostan en los accesos del circuito con algunos coches cruzados. Además, la revisión de maletas, mochilas y todo tipo de bultos es este año concienzuda. Nada que ver con el proceso catalán ni con otras circunstancias inexplicadas. Son las consecuencias de que España se encuentre en un nivel 4 de alerta antiterrorista.

En el entorno del circuito no hay más seguridad que otros años en cuanto a número de agentes. Lo parece, sin embargo. Son diferentes algunas formas, ya se ha dicho. Han cambiado otras cosas, además, con los 650 agentes de Guardia Civil que se acercan todos los años a este fin de semana grande. Se realizan más servicios para coordinar la circulación y la seguridad en Alcañiz y sus alrededores: 1.500 frente a los 1.200 del año pasado. Se ha reforzado especialmente el área de informática para prevenir un posible ataque terrorista después de los atentados que se produjeron en Barcelona y Cambrils el mes pasado. Así, siguiendo una directriz estatal, se han colocado tanto en Motorland como en Alcañiz bloques de hormigón para evitar que un coche pueda arrollar a una multitud de público. Tan solo en el circuito hay más de 360 new jerseys, que así llaman a estos moldes para barreras. El recinto, además, cuenta este año con más de 400 agentes de seguridad privada, 60 más que en el 2016.

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha desplegado tres helicópteros que se unirán al de la Guardia Civil con capacidad para grabar imágenes y que cuentan con el apoyo de la Gendarmería francesa y de los Mossos d’Esquadra. Así se tratan de coordinar los más de 150.000 desplazamientos que estima la DGT que tienen lugar por las carreteras en torno al circuito, donde también hay montados controles de alcoholemia y drogas.

El grueso de los profesionales que estarán trabajando directamente en el GP lo conforman 4.000 personas contratadas por los equipos, la organización y Dorna. En total serán 6.000 los empleados estos días en Motorland.

Por parte del circuito, el dispositivo humano está compuesto por cerca de 500 personas que trabajan en las gradas y zonas de público, taquillas, seguridad y accesos; 440 trabajadores que forman el grupo de comisarios de pista, personal de pit lane, secretaría y dirección de carrera, y personal sanitario; casi 100 empleados destinados en las salas VIP, catering y tiendas de Motorland; 30 en la sala de prensa, centro de acreditaciones y conductores del servicio de shuttle para los fotógrafos, y unas 100 que se ocupan de las funciones de mantenimiento, montaje, limpieza y señalización.